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Par GloriaV le 14 Août 2016 à 14:23
Consejos divinos
Se como el sol - Levántate temprano y no te acuestes tarde.
Se como la luna - Brilla en la oscuridad, pero sométete a la luz mayor.
Se como los pájaros - Come, canta, bebe y vuela.
Se como las flores - Enamoradas del sol, pero fieles a sus raíces.
Se como el buen perro - Obediente, pero nada más a su Señor.
Se como la fruta - Bella por fuera, saludable por dentro.
Se como el día - Que llega y se retira sin alardes.
Se como el oasis - Da tu agua al sediento.
Se como la luciérnaga - Aunque pequeña, emite su propia luz.
Se como el agua - Buena y transparente.
Se como el río - Siempre hacia adelante.
Se como Lázaro - Levántate y anda.
Se como José - Cree en tus sueños.
Y por sobre todas las cosas se como el cielo: La morada de Dios.
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Par GloriaV le 14 Août 2016 à 14:24
Consejos para ser feliz
El día más bello, hoy
La cosa más fácil, equivocarse
El obstáculo más grande, el miedo
El mayor error, abandonarse
La raíz de todos los males, el egoísmo
La distracción más bella, el trabajo
La peor derrota, el desaliento
Los mejores maestros, los niños
La primera necesidad, comunicarse
La mayor felicidad, ser útil a los demás
El misterio más grande, la muerte
El peor defecto, el mal humor
El ser más peligroso, el mentiroso
El sentimiento más ruin, el rencor
El regalo más bello, el perdón
Lo más imprescindible, el hogar
La ruta más rápida, el camino correcto
La sensación más grata, la paz interior
El arma más eficaz, la sonrisa
El mejor remedio, el optimismo
La mayor satisfacción, el deber cumplido
La fuerza más potente, la fe
Los seres más necesitados, los padres
Lo más hermoso de todo, el amor
La felicidad es el resultado del comportamiento del estado de ánimo que nos hace sentir un gozo o placer, lograr una quietud o satisfacción que cambia nuestro interior una vez que obtenemos y amamos algún bien deseado, ya sea material, mental o espiritual.
La felicidad es un estado de la mente. No somos felices en tanto no decidamos serlo.
La felicidad no depende de lo que pasa a nuestro alrededor, sino de lo que pasa dentro de nosotros.
La felicidad no tiene recetas; cada quien la cocina con la sazón de su propia meditación.
La felicidad consiste en tener buena salud y mala memoria.
La única manera de sembrar la felicidad es compartiéndola con alguien.
Nada no es felicidad, si no se comparte con otra persona y nada es la verdadera tristeza si no se sufre completamente solo.
Amor es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad.
El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.
El regalo de la felicidad pertenece a quienes lo desenvuelven.
El secreto de la felicidad consiste en exigirse mucho de si mismo y nada de los demás.
Madre Teresa de Calcuta
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Par GloriaV le 3 Septembre 2016 à 11:56
El silencio de Dios
Cuenta una antigua leyenda Noruega acerca de un hombre llamado Haakon quien cuidaba una ermita. A ella acudía la gente a orar con mucha devoción. En esta ermita había una cruz antigua. Muchos acudían allí para pedirle a Cristo algún milagro.
Un día el ermitaño Haakon quiso pedirle un favor a Cristo crucificado, impulsado por un sentimiento generoso. Se arrodilló ante la cruz y dijo: Señor, quiero padecer por ti. Déjame ocupar tu puesto. Quiero reemplazarte en la cruz Y se quedó fijo con la mirada puesta en la Esfinge, como esperando la respuesta.
El Señor abrió sus labios y habló. Sus palabras cayeron de lo alto, susurrantes y amonestadoras: - Siervo mío, accedo a tu deseo, pero ha de ser con una condición.
Cuál, Señor? - preguntó con acento suplicante Haakon. - Es una condición difícil? Estoy dispuesto a cumplirla con tu ayuda, Señor!, - respondió el viejo ermitaño.
Escucha: suceda lo que suceda y veas lo que veas, has de guardarte en silencio siempre.
Haakon contestó: - Os, lo prometo, Señor! - Y se efectuó el cambio. Nadie advirtió el trueque. Nadie reconoció al ermitaño, colgado con los clavos en la Cruz y a su vez el Señor ocupaba el puesto de Haakon.
Y este por largo tiempo cumplió el compromiso al pié de la letra, a nadie dijo nada.
Pero un día, llegó un comerciante rico a la ermita; después de haber orado, dejó allí olvidada su bolsa de dinero. Haakon lo vio y calló.
Tampoco dijo nada cuando un campesino pobre, que vino dos horas después, encontró la bolsa de oro del comerciante y al verla sin dueño, se apropió de ella. Ni tampoco dijo nada cuando un muchacho se postró ante el poco después para pedirle su gracia antes de emprender un largo viaje. Pero en ese momento volvió a entrar el comerciante en busca de la bolsa. Al no hallarla, pensó que el muchacho se la había apropiado. El rico se volvió al joven y le dijo iracundo:¡Dame la bolsa que me has robado!.
El joven sorprendido, replicó:¡ No he robado ninguna bolsa!.¡
No mientas, devuélvemela enseguida!. - ¡Le repito que no he cogido ninguna bolsa!
Fue la rotunda afirmación del muchacho. El rico arremetió, furioso contra él. Sonó entonces una voz fuerte: ¡ Detente! El rico miró hacia arriba y vio que la imagen le hablaba. Haakon, que no pudo permanecer en silencio, gritó, y defendió al joven, e increpó al rico por la falsa acusación. Este quedó anonadado, y salió de la Ermita. El joven salió también porque tenia prisa para emprender su viaje. Cuando la ermita quedo a solas, Cristo se dirigió a su siervo y le dijo:
- Baja de la Cruz. No sirves para ocupar mi puesto. No has sabido guardar silencio.
- Señor, - dijo Haakon - Como iba a permitir esa injusticia?. Se cambiaron los oficios.
Jesús ocupó la Cruz de nuevo y el ermitaño se quedó ante la Cruz. El Señor, siguió hablando: - Tú no sabías que al comerciante le convenía perder la bolsa, pues llevaba en ella el precio de la virginidad de una joven mujer. El campesino, por el contrario, tenia necesidad de ese dinero e hizo bien en llevárselo; en cuanto al muchacho que iba a ser golpeado, sus heridas le hubiesen impedido realizar el viaje que para el resultaría fatal.
Ahora, hace unos minutos acaba de zozobrar el barco y él ha perdido la vida.
Tú no sabias nada, Yo sí. Por eso escucho las plegarias y callo.
Y el Señor nuevamente guardó silencio.
Muchas veces nos preguntamos: por que razón Dios no nos contesta? por qué razón se queda callado Dios ante nuestras plegarias? Muchos de nosotros quisiéramos que Él nos respondiera lo que deseamos oír pero Dios no es así. Dios nos responde aun con el silencio.
Debemos aprender a escucharlo Su Divino Silencio, son palabras destinadas a convencernos de que, Él sabe lo que está haciendo.
En su silencio nos dice con amor: Confiad en mi, que sé bien lo que debo hacer!
"Dios responde las oraciones con: un si, un espera y un no (este no es el que a veces hace flaquear nuestra fe) pero todo
lo hace conforme a sus propósitos y voluntad en bien de nosotros."
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Par GloriaV le 3 Septembre 2016 à 11:57
Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que
obtiene la inteligencia; Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella". Proverbios 3: 13-15.
"¡Oh profundidad de las riquezas y de la sabiduría y ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién conoció la mente del Señor, o quién ha sido su consejero? O quién le dio un regalo a Él. que Él tenga que recompensar? Porque de El, por El y para El son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén ". - Romanos 11:33-36.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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Par GloriaV le 3 Septembre 2016 à 11:58
Víboras en el sepulcro
En cierta ciudad de los
Estados Unidos vivió hace tiempo un hombre rico, bien conocido,
llamado Zet Pedil, quien no creía en la existencia de Dios; se burlaba de los que creían en Dios, con tal vehemencia
lo hacía y con un vocabulario tan soez
que cuando los creyentes lo veían, temblaban de terror. Un día, este ateo
dijo delante de muchos testigos lo siguiente: “Si Dios existe y es verdad lo que dice la Biblia, que mi cuerpo habite entre víboras cuando yo esté en el sepulcro.”
No mucho después, en 1908, este ateo murió a la edad de 82 años, y cuando bajaban su cadáver al sepulcro había
en él una enorme víbora. Después de esto siempre se han encontrado víboras alrededor del sepulcro del ateo. El sepulturero dijo que una vez mató cuatro víboras en esta tumba, mientras que en otras no se encuentra ninguna. Otro escribió: “El sepulcro de este hombre está siempre lleno de víboras. En cualquier tiempo que lo visitéis, encontraréis estos animales; el año pasado visitamos ese lugar veinte personas y encontramos veinte víboras.” Y se asienta que mientras más víboras matan, más abundan.
En 1931, el director de un periódico escribió lo siguiente: “En abril visité la tumba del ateo Zet Pedil y vimos en
él seis víboras negras; mi compañero mató una de ellas a la que fotografiamos. El sepulturero nos dijo que esa mañana él había matado cuatro. Y que hacía algún tiempo habían abierto el sepulcro y lo habían limpiado para extinguir los animales, pero no habían tenido éxito. Y otro hombre dijo: “Es notable que en los sepulcros adjuntos no haya ni una sola víbora, mientras que éste está infestado.”
Este hecho, raro y notable, a la vez que verdadero, se ha esparcido por medio de los periódicos y folletos, acompañado por fotografías. Con esto, muchos hombres juiciosos e inteligentes se han convencido de su error; pero otros, desgraciadamente, han seguido en su pecado. Dios contestó el dicho del ateo e hizo que su cuerpo habitara entre víboras. Cuánta razón tenía el Apóstol al decir: “No os engañéis, Dios no puede ser burlado” (Gálatas 6:7).—Julio Petridis, en El Heraldo de Santidad
Es fácil abrir los labios para pronunciar maldiciones sobre nosotros y sobre los demás y a veces no entendemos que las palabras que salen de nuestros labios tienen poder. Cuantos padres han lanzados maldiciones a sus hijos o viceversa. Cuantas veces no hemos medido tal arma. Hoy es una oportunidad para bendecir mi día, mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo y apartarme de aquellas tendencias a hablar cosas de las cuales tendré que arrepentirme tarde que temprano.
El día señalado, Herodes, ataviado con su ropaje real y sentado en su trono, le dirigió un discurso al pueblo. La gente gritaba: «¡Voz de un dios, no de hombre!» Al instante un ángel del Señor lo hirió, porque no le había dado la gloria a Dios; y Herodes murió comido de gusanos. Hechos 12:21,22
Mis labios no hablarán iniquidad ni mi lengua pronunciará mentira! Job 21:4
Guarda tu lengua del mal y tus labios de hablar engaño. Sal 34:13
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Par GloriaV le 3 Septembre 2016 à 12:14
Buscar a Dios donde se encuentra.
El ermitaño, en oración oyó claramente la voz de Dios. Le invitaba a acudir a un encuentro especial con Él. La cita era para el atardecer del día siguiente, en la cima de una montaña lejana. Temprano se puso de camino; necesitaba toda la jornada para llegar al monte y escalarlo. Ante todo, quería llegar puntual a la importante entrevista.
Atravesando un valle, se encontró a varios campesinos ocupados en intentar controlar y apagar un incendio declarado en el bosque cercano, que amenazaba las cosechas y hasta las propias casas de los habitantes. Reclamaron su ayuda porque todos los brazos eran pocos. Sintió la angustia de la situación y el no poder detenerse a ayudarles. No debía llegar tarde a la cita y, menos aún, faltar a ella. Así que con una oración que el Señor les socorriera, apresuró el paso, ya que había que dar un rodeo a causa del fuego.
Tras ardua ascensión, llegó a la cima de la montaña, jadeante por la fatiga y la emoción. El sol comenzaba su ocaso; llegaba puntual, por lo que dio gracias al cielo en su corazón.
Anhelante esperó, mirando en todas las direcciones. El Señor no aparecía por ninguna parte. Por fin descubrió, visible sobre una roca, algo escrito. Leyó: “Dispensarme, estoy ocupado ayudando a los que sofocan el incendio”. Entonces comprendió dónde debía encontrarse con Dios.
Vidal Ayala. “La voz del bosque”. PS.
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Par GloriaV le 3 Septembre 2016 à 12:15
Adorar al verdadero Dios
El maestro preguntó al discípulo:
- ¿Por qué no adoras a los ídolos?
El discípulo respondió:
- Porque el fuego los quema.
- Entonces adora al fuego.
- En todo caso adoraría al agua, capaz de apagar al fuego.
- Adora entonces al agua.
- En todo caso adoraría las nubes, capaces de apagar el fuego.
- Adora las nubes.
- No, porque el viento es más fuerte que ellas.
- Entonces adora el viento que sopla.
- Si debiera adorar al viento, adoraría al hombre que tiene poder de soplar.
- Adora entonces al hombre.
- No, porque muere.
- Adora la muerte.
- Lo único digno de adorarse es el Dueño de la vida y de la muerte. El maestro alabó la sabiduría del discípulo.
Anónimo judío
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Par GloriaV le 4 Septembre 2016 à 15:36
Dice una antigua leyenda que, cuando Dios estaba creando el mundo, se le acercaron cuatro ángeles, y uno de ellos le preguntó: “Qué estás haciendo?”; el segundo le preguntó: “¿Por qué lo haces?”; el tercero: “¿Puedo ayudarte?”; y el cuarto: “¿Cuánto vale todo esto?”
El primero era un científico, el segundo un filó- sofo, el tercero un altruista, el cuarto un agente inmobiliario.
Un quinto ángel se dedicaba a observar y a aplaudir con entusiasmo. Era un místico.
Antohny de Mello.
“La oración de la rana. 2”
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Par GloriaV le 7 Septembre 2016 à 12:02
Enseñanza Sufí
Un muchacho va al encuentro de un gran maestro sufí y le dice: "Maestro, mi confianza en Dios es tan grande que ni siquiera até mi camello allá afuera. Lo dejé a la providencia de Dios, al cuidado de Él" Y el maestro sufí le dijo: "¡Vuelva y ate su camello al poste! No es necesario molestar a Dios con algo que usted mismo puede hacer"
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Par GloriaV le 7 Septembre 2016 à 12:05
Esta historia es tan real como tú.
En cierta ocasión, durante el sermón del domingo de pascua, durante el predicador puso en el centro del altar una jaula de pájaros vieja, rota y sucia. Toda la iglesia se quedo sorprendida y murmuraban entre ellos.
Imaginándose sus comentarios, el predicador habló de esta manera: " Ayer cuando caminaba por el pueblo observé a un muchachito que se dirigía hacia mí con una jaula moviéndola de un lado a otro. En su interior había tres pajaritos, temblorosos con frío y miedo. Detuve al muchachito y le pregunté: ¿Que llevas allí hijo mío? "Solo unos pájaros viejos" me respondió. "¿Que vas a hacer con ellos? Le pregunté "Los voy a llevar a casa y pienso divertirme un poco con ellos., Les voy a molestar, arrancarles las plumas, hacerles pelear entre ellos. Espero divertirme y pasarlo muy bien" fue su respuesta. "Pero tarde o temprano te cansarás de esos pajaritos, verdad. ¿Qué horas con ellos?" le dije "¡Oh...! Yo tengo gatos. A ellos les gustan los pajaritos. Cuando me canse se los echaré a ellos" respondió el muchacho.
El Predicador guardó silencio por un momento y luego le preguntó: "¿Por cuánto me vendes esos pajaritos, muchacho?
"¡¡UH!!!! ¿Porque le interesan a usted estos pájaros, señor? ¡Son únicamente unos pájaros viejos, no cantan y ni siquiera son lindos!"
"¿Cuánto?" Volvió a preguntar el Predicador.
El muchachito miró al predicador pensado si se habría vuelto loco y entonces le pidió $10.00 dólares.
El predicador sacó 10 dólares de su bolsillo y se los entregó. Tan pronto recibió el dinero, el muchacho desapareció.
El predicador levantó la jaula con cariño y cuidado. La llevó a un pequeño parque donde había árboles y frutas. Abrió la jaula y dando unos suaves golpes hizo que los pájaros volaran libremente. Esta era la razón por la cual la jaula estaba vacía sobre el Altar.
El predicador continuó diciéndole -Un día Jesús y el ángel de Infierno se pusieron a conversar. El ángel acababa de llegar del Jardín del Edén, y se notaba que estaba contento y alegre.
"Si, Señor, acabo de apoderarme del Mundo entero con toda su gente. Les tendí una trampa. Utilicé una carnada que yo sabía que no la iban a poder resistir. ¡Los Atrape!"
"¿Que vas a hacer con toda esa gente?" Le preguntó Jesús.
El ángel le respondió: "¡Oh, voy a divertirme! Les voy a enseñar a casarse y divorciarse. Que se odien y abusen unos de otros, Les enseñaré a beber, fumar y maldecir. Les voy a enseñar cómo fabricar armas y bombas para que se maten entre ellos. ¡Sí que voy a divertirme!"
"¿Y qué harás luego con ellos después de todo eso?" Le preguntó Jesús.
"Oh, matarlos" Respondió el ángel sin remordimiento alguno.
"¿Cuanto quieres por ellos?" Le preguntó Jesús.
El ángel le respondió "Oh no. Tú no quieres esa gentuza. ¡No sirven para nada! Si los recoges sólo te odiarán. Te escupirán en la cara, maldecirán Tu nombre y acabarán matándote. ¡Créeme no vale la pena!"
"¿Cuánto?” -Volvió a preguntar de nuevo Jesús.
El ángel miró a Jesús y con odio, astucia y malicia le respondió: "¡Toda tu sangre, tus lágrimas y Tu vida!!!"
Jesús le contestó "¡Hecho!!" Y pagó el precio.
El predicador levantó la jaula en alto, abrió la puerta y se marchó sin pronunciar más palabras.
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Par GloriaV le 26 Septembre 2016 à 14:55
“Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. ”
Corintios 15:57
“Somos más que vencedores por medio de Jesús que nos amó.”
Romanos 8:37.
Porque todo el que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la Victoria que ha vencido al mundo, nuestra Fe.
Juan 5:4
Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo.
Buda
La gran victoria que hoy parece fácil fue el resultado de pequeñas victorias que pasaron desapercibidas.
Paulo Coelho
Se gana por méritos propios, más que por los defectos ajenos.
Dochanlu
Combatirse a sí mismo es la guerra más difícil; vencerse a sí mismo es la victoria más bella.
Friedrich von Logau
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