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    Oda 28

     

    2. Así son las alas de la Espíritu sobre mi corazón.
    3. Mi corazón es complacido y regocijado: como el bebé que se regocija en el vientre de su madre.
    4. Yo creí, y por eso estuve en reposo; pues fiable es aquel en quién he creído.
    5. Me ha bendecido generosamente y mi cabeza está con Él: y ni la espada ni la cimitarra me apartarán de Él.
    6. Porque estoy preparado para cuando venga la destrucción, y he sido puesto en Sus inmortales alas.
    7. Y Él me mostró Su signo y me dio de beber, y desde entonces la Vida es la Espíritu dentro de mí y no puede morir.
    8. Aquellos que me vieron se maravillaron, porque fui perseguido, y ellos suponían que había sido devorado, y les parecía que estaba perdido.
    9. Y mi opresión se transformó en mi salvación; y recibí desaprobación de ellos.
    10. Porque hice el bien a todos los hombres fui odiado.
    11. Y se acercaron rodeándome como perros rabiosos, que ignorantemente atacan a sus dueños.
    12. Porque sus pensamientos están corrompidos y su entendimiento pervertido.
    13. Pero yo estaba trayendo agua en mi mano derecha y la amargura de ellos resistí con mi dulzura.
    14. Y no perecí, pues yo no era su hermano ni fue mi nacimiento como el de ello.
    15. Y ellos buscaron mi muerte pero no lo consiguieron: pues yo era más antiguo que sus recuerdos.
    16. Y en vano me atacaron y fueron tras de mí sin recompensa.
    17. Pues inútilmente buscaban destruir el recuerdo de quién existía desde antes que ellos.
    18. Porque los pensamientos del Altísimo no pueden ser anticipados; y Su corazón es superior a toda Sabiduría. Aleluya.

     

     

     

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