Las enfermedades:

En el ámbito de la Kabaláh,
cuando uno medita, cuando uno busca
la interioridad, se da cuenta de que la enfermedad es mucho más que
la enfermedad. Todas las enfermedades juntas son un solo proceso que se gestó, dicen los kabalistas, en el momento en que Dios contrajo su absoluta unidad y creó un espacio vacío. Cuando Dios lo creó,
este espacio varío experimentó una suerte de nostalgia de la instancia en que todo era Dios. Por consiguiente, el kabalista sostiene que ésta es la esencia espiritual
de toda enfermedad. Todas las enfermedades tienen que ver con este vacío que produce la ausencia de or ein sof (Luz infinita). Pero, quién creó el vacío. La misma Luz divina e infinita creó el varío.

Es decir, el vacío es
el proceso a través del cual la Luz infinita hace su viaje, descendiendo de las alturas inconmensurables hacia la conciencia, que es la que tenemos nosotros hoy: conciencia de que existen estas cosas. Gershom Scholem (autor de numerosos libros sobre
la Kabaláh) decía que, en realidad, su valor en cuanto a lo filosófico es que verdaderamente explica cómo es la Creación a partir de la nada, mientras
que en otras creencias se habla de la nada pero no se la explica. La Kabaláh cuenta cómo la nada se manifiesta y en este proceso de expresión de lo inexpresable,
el ser humano (hoy y siempre) vive sujeto
a una nada. A una nada semejante a una fuerza, pero de vacío. Una fuerza de un vacío
sin sentido. Entonces, el vacío y
la nada son la esencia de todas
las enfermedades.