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    Edad y juventud

    La Juventud no es un período de la vida, es un estado del espíritu, no es una cuestión de mejillas sonrosadas, labios rojos o rodillas ágiles; es una cuestión de la voluntad, una cualidad de la imaginación, una intensidad emotiva, es el frescor de las fuentes más profundas de la vida.

    La juventud es una victoria de la audacia sobre la timidez, del afán de aventura sobre el gusto por la comodidad. Existe más a menudo en el hombre de sesenta que en el muchacho de veinte.
    No se envejece por cumplir años.
    Se envejece únicamente cuando se abandona el propio ideal.

    Los años arrugan la piel, pero abandonar el entusiasmo arruga el espíritu.
    Las preocupaciones, la pérdida de la autoconfianza, el temor y la desesperación…
    Éstos son los enemigos que hacen doblar la cabeza hacia la tierra y llevan el espíritu hacia el polvo.

    Ser joven es conservar a los sesenta o setenta años un corazón valiente y el deseo de sorprenderse…
    El maravilloso éxtasis por las estrellas y por las cosas estrelladas…
    El valor ante los desafíos…
    La afición a las cosas y a meditarlas,
    la intrepidez ante los acontecimientos,
    el deseo del niño hacia todo lo nuevo,
    la alegría por el juego de vivir.

    Eres tan joven como lo es tu propia confianza,
    tan viejo como tus dudas,
    tan. joven como la confianza en ti mismo,
    y tan viejo como tus temores;
    tan joven como tu esperanza,
    tan viejo como tu desesperanza.

    Seguirás siendo joven mientras tu corazón sea capaz de interpretar los mensajes de belleza, de valor, de entusiasmo, de grandeza y de fuerzas que te envían la tierra, los hombres o el infinito…

    Cuando las fibras de tu corazón estén rotas y su fondo esté cubierto por las nieves del pesimismo o heladas por el cinismo, entonces… serás viejo, y que Dios tenga piedad de tu alma.

    Poema de Samuel Ulman, que el general MacArthur hizo inscribir en los periódicos murales de su cuartel general.


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    Un pequeño manual para la vida
    Por H.J.B.

    Unos cuantos consejos que H.J.B. dio a su hijo cuando fue a la universidad:

    Elogia tres personas cada día.
    Contempla el amanecer por lo menos una vez al año.
    Déjales buena propina a las camareras que te sirvan el desayuno. Mira a los ojos de las personas. Di "gracias" con frecuencia.
    Gasta menos de lo que ganes.
    Dona sangre todos los años.
    Haz nuevas amistades pero cultiva las viejas.
    No pierdas el tiempo aprendiendo las "artimañas del oficio".
    Mejor aprende el oficio.
    Sé valiente.
    Si no lo eres, finge serlo; nadie advierte la diferencia.
    Escoge una campaña de beneficencia en tu comunidad y apóyate generosamente con tiempo y dinero.
    Utiliza las tarjetas de crédito por comodidad, no por el crédito.
    Fíjate un año como plazo para leer la Biblia del principio al fin. Aprende a escuchar.
    A veces las oportunidades tocan muy quedo a la puerta.
    No tomes decisiones cuando estés enojado.
    Cuando entres en un recinto, hazlo con decisión y confianza.
    Nunca hables de negocios en el ascensor.
    No sabes quien podría oírte.
    No pagues un trabajo hasta que esté concluido. Guárdate de quien no tenga nada que perder. Cuando afrontes una tarea difícil, procede como si fuera imposible fallar.
    No esperes que la vida sea justa.
    Nunca subestimes el poder del perdón.
    No dudes en perder una batalla si esto te lleva a ganar la guerra.
    Con respecto a los muebles y la ropa: si piensas usarlos durante cinco años o más, compra lo mejor que puedas pagar.
    Declara la guerra a la basura.
    Los músicos callejeros son un tesoro.
    Detente un momento y escúchalos.
    Déjales luego un pequeño donativo.
    Cuando arrastres un problema grave de salud, busca la opinión de tres médicos por lo menos. No salgas de casa tras discutir con tu mujer. Si te dan productos de mala calidad, notifícalo a la persona responsable.
    Los buenos administradores apreciarán la información Establece con claridad tus prioridades.
    Nadie, en su lecho de muerte, ha exclamado: "¡Caramba, si hubiera pasado más tiempo en la oficina!"
    No temas decir: "No sé".
    No temas decir: "Lo siento".
    Elabora una lista de veinticinco cosas que desees experimentar antes de morir. Llévala en tu cartera y consúltala con frecuencia.
    Llama por teléfono a tu madre.
    Planta 8 (Revista de la Facultad de Físicas de Barcelona), no 35 (Remitido por Josep M. Albaigès)

     


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    Cosas que no se recuperan

    Una chica estaba aguardando su vuelo en una sala de espera de un aeropuerto y como debía esperar un largo rato decidió comprar un libro y también un paquete de galletas.
    Se sentó para descansar y poder leer. En el asiento de enfrente se sentó un hombre que abrió una revista y empezó a leerla.
    Entre ellos quedaron las galletas. Cuando ella tomó la primera, el hombre también tomó una. Ella se sintió indignada, pero no dijo nada y pensó: "Qué descarado, me dan ganas de darle una bofetada para que nunca más se le olvide".
    Cada vez que ella tomaba una galleta, el hombre también tomaba una. Aquello la enfurecía tanto que no conseguía concentrarse en la lectura ni reaccionar.
    Cuando apenas quedaba una galleta pensó: "¿Qué hará ahora este abusón?"... Entonces, el hombre dividió la última y dejó una mitad para ella.
    ¡No! aquello le pareció demasiado… Se puso a bufar de rabia, le lanzó una mirada asesina, cerró su libro y se dirigió al sector de embarque.
    Cuando se sentó en el avión, miró en su bolso y para sorpresa suya… ¡ahí estaba su paquete de galletas, intacto!
    Sintió una gran vergüenza al percibir cuán equivocada estaba. ¡Había olvidado que sus galletas estaban guardadas en su bolso!
    El hombre había compartido las suyas sin sentirse indignado, nervioso, consternado ni alterado y ya no había tiempo ni posibilidades para explicarlo o pedir disculpas.
    Pero sí había tiempo para razonar: ¿Cuántas veces en nuestra vida deberíamos observar mejor? ¿Cuántas cosas no son exactamente como pensamos acerca de las personas?

    Y recordó que existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan:

    • Una piedra después de haber sido lanzada.
    • Una palabra después de haber sido proferida.
    • Una oportunidad después de haberla perdido.
    • El tiempo después de haber pasado.


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  • El amor es la única fuerza conocida por el hombre a la que no es posible vencer con ninguna amenaza, no importa cuan horrenda. En su pureza inspira a los más maravillosos sacrificios.

    En su pureza inspira a los más maravillosos sacrificios.
    En donde reina en su perfección hay bienaventuranza de consumación, de totalidad, más allá de la que no hay ni necesidad ni estímulo de buscar otra experiencia. En el estado de Amar se encuentra la experiencia de eternidad.
    Lo que es cierto del Amor lo es también de esa forma moderada de Amor que es Devoción, cuando se ofrenda a la verdad, ya sea en su estado infinito, ilimitado, o en su estado manifestado en un caso humano de atracción.
    El microcosmo puede ganarse por medio de la fuerza del Amor. Por esa misma fuerza puede conquistarse al macrocosmo. Aquel que se vuelve amo de si mismo, puede volverse amo de un universo.
    Control de si mismo implica conocimiento de si mismo y suficiente en si mismo; y nada en el mundo es suficiente en si mismo, excepto el ser que está enraizado en una condición de Amor. "El interes humano".

    Sri Ram

     

     


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  • Carta de la abuela con mucho humor

    Querido nieto:

    El otro día tuve una experiencia religiosa muy buena, que quiero compartir contigo. Fui a la Librería Cristiana y allí encontré una calcomanía para el coche que decía: "Toca la bocina si amas a Dios".

    Dado que había tenido un día muy malo, decidí comprarla y pegarla en el parachoques de mi carro. Al salir conduciendo, llegué a un cruce de dos avenidas que estaba muy complicado y congestionado, con muchos carros.

    La temperatura exterior era de 40 grados y era la hora de salida de las oficinas.
    Allí me quedé parada, porque la luz del semáforo estaba roja. Me puse a pensar profundamente en el Señor, y no me di cuenta que la luz se había puesto verde, pero descubrí que muchos otros aman al Señor, porque inmediatamente comenzaron a sonar las bocinas. La persona que estaba detrás de mi coche era, sin duda, muy religiosa, ya que tocaba la bocina sin parar y me gritaba: "¡Dale, por el amor de Dios!
    Todos hacían sonar la bocina. Yo les sonreía y los saludaba con la mano a través de la ventanilla. Vi que otro joven me saludaba de una manera muy particular, levantando sólo el dedo medio de la mano. Le pregunté a Raúl, tu primo, que estaba conmigo, qué quería decir ese saludo.
    Me contestó que era un saludo Hawaiano de buena suerte. Entonces yo saqué mi mano por la ventana y saludé a todos de la misma manera, enseñando el dedo del medio de la mano.
    Tu primo Raúl se doblaba de la risa, supongo que por la bella y emocionante experiencia religiosa que estaba viviendo, estoy segura que estaba teniendo un derramamiento del Espíritu Santo, y que se le había otorgado el don del Gozo.
    Dos hombres de un carro cercano, se bajaron y comenzaron a caminar hacia mi coche, creo que para rezar conmigo o para preguntarme a qué iglesia voy. Pero en ese momento fue que vi que la luz estaba verde.
    Entonces saludé a todos mis hermanos y hermanas con el saludo Hawaiano y pasé la luz.
    Luego de cruzar, noté que el único coche que había podido pasar era el mío, ya que la luz volvió a ponerse en rojo, y me sentí triste de dejarlos allí, después de todo el amor que habíamos compartido.

    Por lo tanto, paré el coche, me bajé, los saludé a todos con el saludo Hawaiano por última vez y me fui.

    Ruego a Dios por todos esos buenos hombres y mujeres que estaban en ese hermoso momento. ¡Fue una experiencia maravillosa!



    Fuente -http://anaferra.com/Mensajes/Humor01.htm

     

     


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  • Cosas positivas de mujeres y hombres

    ¿Estás cansado de la batalla de los sexos?
    Los hombres y las mujeres somos diferentes, no hay duda. Pero en vez de centrarnos en las características negativas de ambos, ¿por qué no celebrar los aspectos positivos?

    Comencemos por las mujeres:

    Las mujeres son apasionadas, amantes y cariñosas. Las mujeres lloran de alegría. Las mujeres siempre hacen algo para demostrar cuánto se preocupan. Nunca se detienen por conseguir lo que creen mejor para sus hijos. Las mujeres tienen la habilidad de sonreír hasta en los peores momentos. Saben cómo transformar una simple comida en un agasajo. Saben estirar al máximo el dinero. Saben cómo reconfortar a un amigo enfermo. Las mujeres traen risas y alegría al mundo. Saben como entretener durante horas a los niños. Son honestas y leales. Las mujeres tienen una voluntad de hierro debajo de una apariencia delicada. Harán lo imposible por ayudar a un amigo en problemas. Las mujeres lloran fácilmente ante las injusticias. Saben cómo hacer sentir al hombre como un rey. Las mujeres hacen del mundo un lugar más feliz.

    Ahora, los hombres:
    Tengo opinión formada que los hombres existes para compartir lo mejor que hay en la vida: Amor y humor, felicidad y prosperidad, dar y recibir.

    GloriaV

     

     


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  • Los Versos de oro

    Honra, en primer lugar, y venera a los dioses inmortales,
    a cada uno de acuerdo a su rango.
    Respeta luego el juramento, y reverencia a los héroes ilustres,
    y también a los genios subterráneos:cumplirás así lo que las leyes mandan.
    Honra luego a tus padres y a tus parientes de sangre.
    Y de los demás, hazte amigo del que descuella en virtud.

    Cede a las palabras gentiles y no te opongas a los actos provechosos.
    No guardes rencor al amigo por una falta leve.
    Estas cosas hazlas en la medida de tus fuerzas,
    pues lo posible se encuentra junto a lo necesario.

    Compenétrate en cumplir estos preceptos,
    pero atiénete a dominar
    ante todo las necesidades de tu estómago y de tu sueño,
    después los arranques de tus apetitos y de tu ira.

    No cometas nunca una acción vergonzosa,
    Ni con nadie, ni a solas:
    Por encima de todo, respétate a ti mismo.
    Seguidamente ejércete en practicar la justicia, en palabras y en obras,
    Aprende a no comportarte sin razón jamás.

    Y sabiendo que morir es la ley fatal para todos,
    que las riquezas, unas veces te plazca ganarlas y otras te plazca perderlas.
    De los sufrimientos que caben a los mortales por divino designio,
    la parte que a ti corresponde, sopórtala sin indignación;
    pero es legítimo que le busques remedio en la medida de tus fuerzas;
    porque no son tantas las desgracias que caen sobre los hombres buenos.

    Muchas son las voces, unas indignas, otras nobles, que vienen a herir el oído:
    Que no te turben ni tampoco te vuelvas para no oírlas.
    Cuando oigas una mentira, sopórtalo con calma.

    Pero lo que ahora voy a decirte
    es preciso que lo cumplas siempre:
    Que nadie, por sus dichos o por sus actos,
    te conmueva para que hagas o digas nada que no sea lo mejor para ti.

    Reflexiona antes de obrar para no cometer tonterías:
    Obrar y hablar sin discernimiento es de pobres gentes.
    Tú en cambio siempre harás lo que no pueda dañarte.

    No entres en asuntos que ignoras,
    mas aprende lo que es necesario:
    tal es la norma de una vida agradable.

    Tampoco descuides tu salud,
    ten moderación en el comer o el beber,
    y en la ejercitación del cuerpo.
    Por moderación entiendo lo que no te haga daño.
    Acostúmbrate a una vida sana sin molicie,
    y guárdate de lo que pueda atraer la envidia.

    No seas disipado en tus gastos
    como hacen los que ignoran lo que es honradez,
    pero no por ello dejes de ser generoso:
    nada hay mejor que la mesura en todas las cosas.

    Haz pues lo que no te dañe, y reflexiona antes de actuar.
    Y no dejes que el dulce sueño se apodere de tus lánguidos ojos
    sin antes haber repasado lo que has hecho en el día:
    "¿En qué he fallado? ¿Qué he hecho? ¿Qué deber he dejado de cumplir?"
    Comienza del comienzo y recórrelo todo,
    y repróchate los errores y alégrente los aciertos.

    Esto es lo que hay que hacer.
    Estas cosas que hay que empeñarse en practicar,
    Estas cosas hay que amar.
    Por ellas ingresarás en la divina senda de la perfección.
    ¡Por quien trasmitió a nuestro entendimiento la Tetratkis,
    la fuente de la perenne naturaleza.

    ¡Adelante pues! ponte al trabajo,
    no sin antes rogar a los dioses que lo conduzcan a la perfección.
    Si observares estas cosas
    conocerás el orden que reina entre los dioses inmortales y los hombres mortales, en qué se separan las cosas y en qué se unen. Y sabrás, como es justo, que la naturaleza es una y la misma en todas partes,
    para que no esperes lo que no hay que esperar,
    ni nada quede oculto a tus ojos.

    Conocerás a los hombres,
    víctimas de los males que ellos mismos se imponen,
    ciegos a los bienes que les rodean, que no oyen ni ven:
    son pocos los que saben librarse de la desgracia.
    Tal es el destino que estorba el espíritu de los mortales,
    como cuentas infantiles ruedan de un lado a otro,
    oprimidos por males innumerables:
    porque sin advertirlo los castiga la Discordia,
    su natural y triste compañera,
    a la que no hay que provocar, sino cederle el paso y huir de ella.

    ¡Oh padre Zeus! ¡De cuántos males no librarías a los hombres
    si tan sólo les hicieras ver a qué demonio obedecen!

    Pero para ti, ten confianza,
    porque de una divina raza están hechos los seres humanos,
    y hay también la sagrada naturaleza que les muestra y les descubre todas las cosas.
    De todo lo cual, si tomas lo que te pertenece,
    observarás mis mandamientos,
    que serán tu remedio, y librarán tu alma de tales males.

    Abstiénete en los alimentos como dijimos,
    sea para las purificaciones, sea para la liberación del alma,
    juzga y reflexiona de todas las cosas y de cada una,
    alzando alto tu mente, que es la mejor de tus guías.

    Si descuidas tu cuerpo para volar hasta los libres orbes del éter,
    serás un dios inmortal, incorruptible,
    ya no sujeto a la muerte.

    Nota: Tetraktys o Cuaternidad. Número sagrado y fundamental de los pitagóricos por el cual juraban su fidelidad. Simboliza la unidad origen y principio, la dualidad de las oposiciones y las complementariedades, y el triunfo de la trinidad, que finalmente se despliega en el universo del cuatro. 1 + 2 + 3 + 4 = 10, la unidad expandida en la manifestación, = 1 + 0 = 1, el retorno a la unidad del origen. N. del T.

    Pitagoras

     

     


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  • Tres cosas

    Tres cosas están en poder del hombre: las manos, los pies y los labios.
    Tres cosas no están en poder del hombre: los ojos, las orejas y las ventanas de la nariz. Existen tres cosas penosas de oír: la maldición, la blasfemia y las malas noticias.
    Existen tres cosas gratas de oír: la bendición, la alabanza y las buenas noticias.
    Tres miradas son malas: la del adúltero, la del ladrón y la del avaro.
    Tres miradas son gratas: la del pudor, la de la franqueza y la de la generosidad.
    Tres olores son malos: el del aire corrompido, el del viento pesado y el de los venenos.
    Tres olores son buenos: el de las especias, el de los festines y el de los perfumes.
    Tres cosas son malas para la lengua: la habladuría, la calumnia y la hipocresía.
    Tres cosas son buenas para la lengua: el silencio, la reserva y la sinceridad.

    Sefer Letzirá

    GloriaV

     

     


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  • Gracias, mujer

    Dar gracias al Señor por su designio sobre la vocación y la misión de la mujer en el mundo se convierte en un agradecimiento concreto y directo a las mujeres, a cada mujer, por lo que representan en la vida de la humanidad.

    Te doy gracias, mujer madre, que te conviertes en seno del ser humano con la alegría y los dolores de parto de una experiencia única, la cual te hace sonrisa de Dios para el niño que viene a la luz y te hace guía de sus primeros pasos, apoyo de su crecimiento, punto de referencia en el posterior camino de la vida.

    Te doy gracias, mujer esposa, que unes irrevocablemente tu destino al de un hombre, mediante una relación de recíproca entrega, al servicio de la comunión y de la vida.

    Te doy gracias, mujer hija y mujer hermana, que aportas al núcleo familiar y también al conjunto de la vida social las riquezas de tu sensibilidad, intuición, generosidad y constancia.

    Te doy gracias, mujer trabajadora que participas en todos los ámbitos de la vida social, económica, cultural, artística y política, mediante la indispensable aportación que das a la elaboración de una cultura capaz de conciliar razón y sentimiento, a una concepción de la vida siempre abierta al sentido del «misterio», a la edificación de estructuras económicas y políticas más ricas de humanidad.

    Te abres con docilidad y fidelidad al amor de Dios, ayudando a la Iglesia y a toda la humanidad a vivir para Dios una respuesta «esponsal», que expresa maravillosamente la comunión que Él quiere establecer con su criatura.

    Te doy gracias, mujer, ¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de tu feminidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas.

    Vaticano, 29 de junio, solemnidad de los santos Pedro y Pablo, del año 1995.
    Juan Pablo II

     

     


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  • El Kybalion

    Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender.
    Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par.
    Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de llenarlos con sabiduría.
    Los principios de la verdad son siete: el que comprende esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par.

    1) El Todo es Mente; el universo es mental.
    2) Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba.
    3) Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.
    4) Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
    5) Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.
    6) Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley.
    7) La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos.

    La mente así como todos los metales y demás elementos, pueden ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración. La verdadera transmutación hermética es una práctica, un método, un arte mental.

    Hermes Trimegisto

     

     


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  • El hierro, una vez convertido en oro merced al contacto con la piedra filosofal, podrá ser atesorado celosamente bajo tierra, o bien arrojado al montón de la desperdicios; pero siempre seguirá siendo oro y ya nunca volverá a su condición anterior. Ya sea habite en el tumulto de las grandes urbes o en la soledad del bosque, nada podrá contaminarlo.

     

     


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  • El alacrán

    Un hombre sabio que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el hombre lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El hombre intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó.
    Alguien que había observado todo, se acercó al hombre y le dijo:
    "Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?"
    El hombre respondió:
    "La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar". Y entonces, ayudándose de una hoja, el hombre sacó al animalito del agua y le salvó la vida.

    No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones.

     

     


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  • Enseñanza Sufí

    Un muchacho va al encuentro de un gran maestro sufí y le dice: "Maestro, mi confianza en Dios es tan grande que ni siquiera até mi camello allá afuera. Lo dejé a la providencia de Dios, al cuidado de Él" Y el maestro sufí le dijo: "¡Vuelva y ate su camello al poste! No es necesario molestar a Dios con algo que usted mismo puede hacer"

     

     


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  • La ratonera

    Un ratón mirando por un agujero de la pared ve al granjero y a su mujer abriendo un paquete. Rápidamente pensó: "¿Qué tipo de comida podrá haber allí?"
    Quedó aterrorizado, cuando descubrió que era una ratonera.
    Fue al patio de la casa a advertir a todos: "¡Hay una ratonera en la casa,... una ratoneraaa!" La gallina que estaba buscando sus lombrices en la tierra, cacareó y le dijo:
    "Discúlpeme Sr. Ratón; entiendo que sea un gran problema para usted, pero a mí no me perjudica en nada, ni me molesta!"
    El ratón se llegó hasta el cordero y le dijo:"¡Hay una ratonera en la casa!"
    "¡Discúlpeme, Sr. Ratón, pero no veo nada que pueda hacer, a no ser orar.
    ¡Quédese tranquilo, usted está en mis oraciones!"
    El ratón se fue hasta donde estaba la vaca, y ella le dijo:
    -"¿Qué me dice Sr. Ratón, una ratonera? ¿Estoy en peligro por casualidad?" Creo que no...
    Entonces el ratón se volvió a la casa, cabizbajo y abatido, para encarar solo la ratonera del granjero.
    Aquella misma noche se escuchó un ruido, como el de una ratonera agarrando a su víctima. La mujer del granjero corrió a ver qué había en la ratonera.
    Pero, en la oscuridad, no vio que la trampa había agarrado la cola de una víbora venenosa. La víbora la mordió.
    El granjero la llevó corriendo al hospital. La mujer volvió con fiebre. Todo el mundo sabe que para alimentar a alguien que tiene fiebre, nada mejor que un buen caldo de gallina. El hombre entonces tomó un cuchillo y fue a buscar el principal ingrediente: la gallina. Como la enfermedad de la mujer continuaba, amigos y vecinos vinieron a verla. Para alimentarlos, hubo que matar al cordero. Pero la mujer no resistió, y acabó falleciendo. Muchas personas vinieron al funeral. El pobre hombre, muy triste y agradecido por la solidaridad, resolvió matar a la vaca para darle de comer a todos.

    La próxima vez que oigas decir que alguien está delante de un problema, recuerda que cuando hay una ratonera en la casa... ¡toda la granja corre peligro!
    ¿Se dieron cuenta quién se salvó?

     

     


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  • La ventana y el espejo 

    Un joven muy rico fue a ver a un rabino y le pidió consejo para orientar su vida. Este lo condujo hacia la ventana y le preguntó:
    - ¿Qué ves a través de los vidrios?
    - Veo hombres que van y vienen y un ciego que pide limosna en la calle.

    Entonces el rabino le mostró un gran espejo y nuevamente lo interrogó:
    - Mira este espejo y dime ahora qué ves.
    - Me veo a mí mismo.
    - ¡Y ya no ves a los otros! Repara en que la ventana y el espejo están hechos ambos de la misma materia prima, el vidrio. Pero en el espejo, porque tiene una fina lámina de plata pegada al vidrio, no ves más que tú persona. Debes compararte con estas dos especies de vidrio. Pobre, veías a los otros y sentías compasión por ellos. Cubierto de plata –rico-, apenas te ves a ti mismo. Sólo valdrás algo cuando tengas el coraje de arrancar el revestimiento de plata que te cubre los ojos y puedas nuevamente ver y amar a los demás.

    Paulo Coelho

     

     


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  • Fundamentos empresariales

    Caso 1: Cómo reaccionar ante una situación desfavorable.

    Un joven de la ciudad se fue al campo y le compró un burro a un viejo campesino por 100 Euros.
    El anciano acordó entregarle el animal al día siguiente, pero al día siguiente el campesino le dijo:
    - Lo siento, hijo, pero tengo malas noticias. El burro murió.
    - Bueno, entonces, devuélvame mi dinero.
    - No puedo, lo he gastado ya.
    - Bien, da igual, entrégueme el burro.
    - Y ¿para qué? ¿qué va a hacer con él?
    - Lo voy a rifar.
    - ¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto?
    - Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.
    Un mes después de este suceso se volvieron a encontrar el viejo vendedor y el joven comprador.
    - ¿Qué pasó con el burro?
    - Lo rifé. Vendí 500 papeletas a 2 euros y gané 998 euros.
    - ¡¡¿Y nadie se quejó?!!
    - Sólo el ganador, pero a él le devolví sus 2 euros.
    Lección: Éste es un ejemplo de cómo convertir una situación desfavorable en un éxito.

    Caso 2: El uso de la información.

    Un hombre se va a dar una ducha en el momento en que su esposa está terminando de hacerlo. En ese preciso instante suena el timbre de la puerta. Después de algunos segundos de duda, ambos deciden que ella irá, por lo cual, se envuelve en una toalla, va, abre la puerta y se encuentra con el vecino de al lado de casa. Antes de que ella pronuncie una palabra el vecino le dice:
    - Le doy 1000 euros si deja caer la toalla en el suelo.
    Ella piensa unos segundos, se decide, deja caer la toalla y se queda en cueros frente al vecino que, después de unos segundos, mete la mano en el bolsillo, saca 1000 euros, se los entrega, da media vuelta y se va...
    Aún confundida, cierra la puerta rápidamente, se envuelve otra vez en la toalla y vuelve al baño a secarse el pelo. Cuando llega, su marido le pregunta quién había tocado el timbre.
    - El vecino de al lado, - dice ella, y el marido le pregunta:
    - ¿Te devolvió los 1000 euros que le presté?
    Lección: Si usted comparte información crítica con sus asociados, principalmente sobre créditos y riesgos, evitará situaciones indeseables.

    Caso 3: Sobre la información correcta y veraz.

    Un reo, condenado a cadena perpetua por asesinato premeditado y alevoso, se evade de la prisión después de pasar 22 años en la cárcel.
    Al huir entra en una casa en la que duerme una joven pareja. El reo ata al hombre en una silla y a la mujer en la cama. A continuación acerca su rostro al cuello de la mujer y sale de la habitación. Arrastrando la silla, el hombre se acerca desesperadamente a su mujer y le dice:
    - Mi amor, este hombre no ha visto una mujer en años. Le vi besando tu cuello y, aprovechando que ha salido, quiero pedirte que cooperes con él y hagas todo lo que te pida. Si quiere tener algo contigo, no lo rechaces y finge que te gusta. No le hagas enojar. ¡Nuestras vidas dependen de ello! Sé fuerte, mi vida; yo te amo.
    La joven esposa le dice al marido:
    - Querido, estoy complacida de que pienses así. Efectivamente, ese hombre no ha visto en muchos años una mujer, pero no estaba besando mi cuello. Estaba diciéndome al oído que tú le gustas y quería saber si guardábamos la vaselina en el lavabo. ¡Sé fuerte, mi vida! ¡Yo también te amo!
    Lección: No estar informado verazmente puede acarrear serios inconvenientes. La información pronta y exacta es fundamental para sortear con éxito el ataque de la competencia desleal y así evitar ingratas sorpresas.

    Caso 4: Sobre los planes estratégicos.
    Un muchacho entra en una farmacia y dice al farmacéutico: - Señor, dame un preservativo. Mi novia me ha invitado esta noche a cenar en su casa y está que se derrite por mí, así que esta noche pretendo calmarla.
    El boticario le despacha el preservativo y cuando el joven va a salir, vuelve sobre sus pasos y dice:
    - Será mejor que me dé usted otro preservativo porque la hermana de mi novia, que es un bombón, me hace unos cruces de piernas que le veo hasta las entrañas, y como voy a ir a cenar a su casa...
    Toma el segundo preservativo, piensa un momento y...:
    - Dame uno más porque la madre de mi chica, que está de muerte la señora, cuando no está mi novia delante, me hace unas insinuaciones que... y como voy a ir a cenar a su casa esta noche... Llega la hora de la cena y el muchacho tiene a un lado a su novia, al otro a la hermana y enfrente la mamá de ambas. En ese instante llega el padre, que se sienta al frente de la mesa. El muchacho baja la cabeza y empieza a rezar:
    - Señor, te damos gracias por los alimentos... bendícenos a todos... y perdónanos si en algo te hemos ofendido...
    Pasa un minuto y el chico sigue rezando:
    - ¡Gracias, Señor!
    A los diez minutos de rezos y oraciones la novia le dice:
    - No sabía que fueras tan religioso...
    - ¡Ni yo que tu padre era el farmacéutico!
    Lección: No comente los planes estratégicos de la empresa a desconocidos porque la falta de confidencialidad le puede destruir su propia organización.

     

     


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  • Esta historia es tan real como tú.

    En cierta ocasión, durante el sermón del domingo de pascua, durante el predicador puso en el centro del altar una jaula de pájaros vieja, rota y sucia. Toda la iglesia se quedo sorprendida y murmuraban entre ellos.
    Imaginándose sus comentarios, el predicador habló de esta manera: " Ayer cuando caminaba por el pueblo observé a un muchachito que se dirigía hacia mí con una jaula moviéndola de un lado a otro. En su interior había tres pajaritos, temblorosos con frío y miedo. Detuve al muchachito y le pregunté: ¿Que llevas allí hijo mío? "Solo unos pájaros viejos" me respondió. "¿Que vas a hacer con ellos? Le pregunté "Los voy a llevar a casa y pienso divertirme un poco con ellos., Les voy a molestar, arrancarles las plumas, hacerles pelear entre ellos. Espero divertirme y pasarlo muy bien" fue su respuesta. "Pero tarde o temprano te cansarás de esos pajaritos, verdad. ¿Qué horas con ellos?" le dije "¡Oh...! Yo tengo gatos. A ellos les gustan los pajaritos. Cuando me canse se los echaré a ellos" respondió el muchacho.
    El Predicador guardó silencio por un momento y luego le preguntó: "¿Por cuánto me vendes esos pajaritos, muchacho?
    "¡¡UH!!!! ¿Porque le interesan a usted estos pájaros, señor? ¡Son únicamente unos pájaros viejos, no cantan y ni siquiera son lindos!"
    "¿Cuánto?" Volvió a preguntar el Predicador.
    El muchachito miró al predicador pensado si se habría vuelto loco y entonces le pidió $10.00 dólares.
    El predicador sacó 10 dólares de su bolsillo y se los entregó. Tan pronto recibió el dinero, el muchacho desapareció.
    El predicador levantó la jaula con cariño y cuidado. La llevó a un pequeño parque donde había árboles y frutas. Abrió la jaula y dando unos suaves golpes hizo que los pájaros volaran libremente. Esta era la razón por la cual la jaula estaba vacía sobre el Altar.
    El predicador continuó diciéndole -Un día Jesús y el ángel de Infierno se pusieron a conversar. El ángel acababa de llegar del Jardín del Edén, y se notaba que estaba contento y alegre.
    "Si, Señor, acabo de apoderarme del Mundo entero con toda su gente. Les tendí una trampa. Utilicé una carnada que yo sabía que no la iban a poder resistir. ¡Los Atrape!"
    "¿Que vas a hacer con toda esa gente?" Le preguntó Jesús.
    El ángel le respondió: "¡Oh, voy a divertirme! Les voy a enseñar a casarse y divorciarse. Que se odien y abusen unos de otros, Les enseñaré a beber, fumar y maldecir. Les voy a enseñar cómo fabricar armas y bombas para que se maten entre ellos. ¡Sí que voy a divertirme!"
    "¿Y qué harás luego con ellos después de todo eso?" Le preguntó Jesús.
    "Oh, matarlos" Respondió el ángel sin remordimiento alguno.
    "¿Cuanto quieres por ellos?" Le preguntó Jesús.
    El ángel le respondió "Oh no. Tú no quieres esa gentuza. ¡No sirven para nada! Si los recoges sólo te odiarán. Te escupirán en la cara, maldecirán Tu nombre y acabarán matándote. ¡Créeme no vale la pena!"
    "¿Cuánto?” -Volvió a preguntar de nuevo Jesús.
    El ángel miró a Jesús y con odio, astucia y malicia le respondió: "¡Toda tu sangre, tus lágrimas y Tu vida!!!"
    Jesús le contestó "¡Hecho!!" Y pagó el precio.
    El predicador levantó la jaula en alto, abrió la puerta y se marchó sin pronunciar más palabras.

     

     


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  • Semillas

    Una vez había ...... Un hombre cogía cada día el autobús para ir al trabajo. Una parada después, una anciana subía al autobús y se sentaba al lado de la ventana. La anciana abría una bolsa y durante todo el trayecto, iba tirando algo por la ventana. Siempre hacía lo mismo y un día, intrigado, el hombre le preguntó que era lo que tiraba por la ventana.
    - ¡Son semillas! - le dijo la anciana.
    - ¿Semillas? ¿Semillas de qué?
    - De flores. Es que miro afuera y está todo tan vacío...
    Me gustaría poder viajar viendo flores durante todo el camino. ¿Verdad que sería bonito? Pero las semillas caen encima del asfalto, las aplastan los coches, se las comen los pájaros...
    ¿Cree que sus semillas germinarán al lado del camino?
    - Seguro que sí. Aunque algunas se pierdan, alguna acabará en la cuneta y, con el tiempo, brotará.
    - Pero...Tardarán en crecer, necesitan agua ...
    - Yo hago lo que puedo hacer. ¡Ya vendrán los días de lluvia!
    La anciana siguió con su trabajo ...
    Y el hombre bajó del autobús para ir a trabajar, pensando que la anciana había perdido un poco la cabeza.

    Unos meses después... Yendo al trabajo, el hombre, al mirar por la ventana, vio todo el camino lleno de flores... - ¡Todo lo que veía era un colorido y florido paisaje!
    Se acordó de la anciana, pero hacía días que no la había visto. Preguntó al conductor:
    ¿La anciana de las semillas?
    Pues, ya hace un mes que murió.
    El hombre volvió a su asiento y siguió mirando el paisaje. «Las flores han brotado, se dijo, pero ¿de que le ha servido su trabajo? No ha podido ver su obra».
    De repente, oyó la risa de una niña pequeña. La niña señalaba entusiasmada las flores...
    - ¡Mira, padre! ¡Mira cuantas flores!
    - ¿Verdad que no hace falta explicar mucho el sentido de esta historia?
    La anciana de nuestra historia había hecho su trabajo, y dejo su herencia a todos los que la pudieran recibir, a todos los que pudieran contemplarla y ser más felices.
    Dicen que aquel hombre, desde aquel día, hace el viaje de casa al trabajo con una bolsa de semillas que ...
    - Esta presentación, está dedicada a todos aquellos maestros, educadores, profesionales de la enseñanza, que, hoy, más que nunca, no pueden ver como crecen las semillas plantadas, las esperanzas sembradas en el corazón, sobretodo, Y como los padres son, o deberían ser, los grandes educadores, también está dedicada a ellos.
    Porque... Educar es enseñar caminos. (Ria-Slides)

     

     


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  • El elefante encadenado

    Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de peso, tamaño, y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta en rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

    Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad, arrancar la estaca y huir.
    El misterio es evidente:

    ¿Qué lo mantiene entonces?
    ¿Por qué no huye?
    Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado.
    Hice entonces la pregunta obvia:
    -Si está amaestrado ¿por qué lo encadenan?
    No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
    Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.
    Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio coma para encontrar la respuesta:

    El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.
    Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.
    Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo.
    La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía...
    Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree –pobre- que No Puede.
    El tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.
    Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.
    Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...

    -Y así es. Todos somos un poco como ese elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad.
    Vivimos creyendo que un montón de cosas “no podemos” simplemente porque alguna vez, antes cuando éramos chiquitos, alguna vez, probamos y no pudimos.
    Hicimos, entonces, lo del elefante: grabamos en nuestro recuerdo:

    No Puedo... No Puedo y Nunca Podré.
    Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar.

     

     


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  • El anillo del Rey Salomón

    Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:
    - Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo. Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total...Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada.
    El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo: -No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje –el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas –le dijo- manténlo escondido en el anillo. Abrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación.
    Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...
    De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía “Esto tambien pasara”.
    Mientras leía “esto también pasará” sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.
    El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía feliz y contento.
    El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo:
    -Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
    -¿Qué quieres decir? –preguntó el rey-.
    Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.
    -Escucha –dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero.
    El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado.
    Entonces el anciano le dijo: -Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

     

     


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