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    Conversación entre la cerilla y la vela

    Llegó el día en el cual la cerilla le dijo a la vela: “tengo la misión de encenderte”. “Por favor no”, se asustó la vela: “Todo menos eso. Si ardo, mis días estarán contados. Nadie más podrá admirar mi belleza”. La cerilla preguntó: “¿Pero quieres permanecer fría y dura toda una vida, sin haber vivido antes?” “Pero arder me dolerá y consume mi energía” susurró la vela insegura y temerosa. “Eso es cierto” le respondió la cerilla. “Pero ese es el secreto de nuestra vocación: Estamos llamados para ser luz. En cuanto a mí, es poco lo que puedo hacer. Si no te enciendo, pierdo el propósito de mi vida. Yo estoy aquí para encender fuego. Tú eres una vela. Tu misión es dar luz y calor a los demás. Todo el dolor, el sufrimiento y la energía que das se transforman en luz. Tú no te pierdes si te consumes. Otros seguirán llevando tu fuego. Pero si tú fallas, morirás…” Entonces la vela enderezó su mecha y dijo con expectación: “Yo te lo pido: enciéndeme…”

     


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  • El poder

    Rhoanda Byrne

    Para quienes quedaron cautivados luego de leer "El poder", y para aquellos que creen que nada podría sorprenderlos, llega a las librerías El poder, el nuevo libro de Rhonda Byrne.

    “¡Naciste para vivir una vida increíble! En este libro quiero enseñarte el camino hacia una vida maravillosa. Hay muchas cosas que has de comprender respecto a la vida y todas ellas son buenas. De hecho, más que buenas, ¡son fantásticas! La vida es infinitamente más sencilla de lo que piensas, y cuando empieces a entender cómo funciona y El Poder que hay en tu interior, comenzarás a experimentar la magia de la vida en toda su magnitud, entonces ¡tendrás una vida increíble!  Ahora, deja que comience la magia de tu vida.”

    Éste es el manual de uso del poder más grande del universo: El Poder para tener todo aquello que deseas. Sin El Poder no habría ni un sólo ser humano sobre el planeta. Todo descubrimiento, invento y creación humana viene de El Poder. La vida de tus sueños siempre ha estado más cerca de lo que pensabas, porque El Poder –para tener todas las cosas buenas de la vida- está dentro de ti.

    Rhonda Byrne, luego de haber seguido su propio viaje de autodescubrimiento, se ha propuesto proporcionarle felicidad a miles de millones de personas. Empezó su viaje con el film documental El Secreto que ya han visto millones de personas en todo el mundo. Luego vino el libro El Secreto, un éxito de ventas mundial traducido a 46 idiomas. Ahora con El Poder, Rhonda Byrne sigue con su trabajo innovador y nos revela cuál es la mayor fuerza del universo.

    Hay un poder supremo y una fuerza regente que impregna y gobierna el Universo ilimitado. Tú formas parte de este poder. Prentiee Nulford 1834-1891
    El amor es la energía más pederosa y sin embardo lo más desconocida del mundo. Pierr Geilhard fr Chardin 1881-1955

    La ley de Atracción o la ley del amor son lo mismo. Charles Haanel 1866-1949

    Toda acción tiene una reacción igual y contraria. Isaac Newton 1693-1727

    Dad y se os daré, porque con la mediáis a los demás se os mediré a vosotros. Jesús Circa 5 A.C.-3 D. C.

    Hay una palbra que nos libera de todo el peso y el sufrimiento de la vida. Esa palabra el Amor. Sófocles 496-406

    Y conocerías la verdad, y la verdad os hará libre. Jesús

    El amor es cumplimiento de la ley. San Pablo Curca 5-67

    Puntos de poder

    El amor no es débil, frágil o blando. El amor es la fuerza positiva de la vida. El amor es la causa de todo lo bueno y positivo. Todo lo que quieres ser, hacerlo, tener procede del amor. Todo lo que das en la vida vuelve a ti. Da positivo, y recibirás positivo; das negatividad y recibirás negatividad.

    Tus pensamientos y sentimientos, buenos o malos, los estás transmitiendo, y volverán a ti automáticamente y con toda presión, como el eco.

    Tienes una capacidad ilimitada para pensar en hablar de lo que te gusta, y por, lo tanto tienes una capacidad ilimitada para atraer todo lo bueno a tu vida.

    Ten cuidado con tus estados de animo y tus sentimientos porque hay una conexión constante entre tus sentimientos y tu mundo visible. Nevilla Goddard 1905-1972

    Todos los sentimientos positivos te unen a la fuerza del amor, porque el amor es la fuerza de todos los buenos sentimientos.
    Aumenta tus sentimientos pensando en todas cosas que te gustan. Cuenta un atrás otra, todas las cosas que degustan. Enumera todo lo que te gusta hasta que te sientes increíblemente bien.
    Existen infinitos niveles de buenos sentimientos, lo que significa que no hay un tope para los bienes que puedes recibir en la vida. ¡Todas las cosas que te gustan te quieren! El dinero te quiere, la salud, la felicidad.
    No luches para cambiar las circunstancias de tu vida. Da amor a través de tus buenos sentimientos y aparecerá lo que quieres.
    Primero has de transmitir buenos sentimientos. Para recibir cosas buenas, primero has de ser feliz y transmite felicidad. ¡Todo lo que quieres recibir en la vida, primero has de darlo!

    Cambiar de sentimiento es camino de destino. Neville Goddard 1905-1972

    Lo que importa no es lo que sucede, sino como reaccionas. Epicteo 55-135

    Eferrarse a la ira es como agarrar un brasa con la atención de lanzarse a otro: tú eres el que se va a quemar. Gautama Buda 563-483 A.C.

    Todo lo que enviamos a la vida de otros nos viene devuelto a la nuestra. Eduin Narkham 1852-1940

    Todo lo que sientes, bueno o malo, determina tu frecuencia y atraes personas, acontecimientos y circunstancias que están en la misma frecuencia.
    Nunca es tarde para cambiar los sentimientos.
    Muchas personas pones en piloto automático a sus sentimientos; sus sentimientos son reacciones a lo que les sucede, sin embargo no se dan cuenta de que la causa de lo que les sucede son sus sentimientos.
    Para cambiar algo-tonto si trata de dinero, salud, relaciones, como cualquier otra cosa-has de cambiar tus sentimientos.
    Culpar, criticar, encontrar los defectos y quejarse son formas de negatividad, y todas ellas solo generan conflictos.

    El poder de creación

    Cada momento de tu vida es infinitamente creativo, y la generosidad del Universo no tiene límites, basta con que expongas una petición con la suficiente claridad, y todas los deseos de tu corazón de harán realidad. Shikyu Gauain 1948

    Un loco defiende sus ilusiones porque ve en ellos su salvación. Por lo tanto atacará a todo aquello que trate de salvarle de ellas al creer que esta siendo atacado por el. El circulo de ataque-defensa.
    El psicoterapeuta debe hacer frente del ataque sin atacar y, por consiguiente, sin defenderse. Su tarea en consiste en demostrarlo que las defensas no son necesarias, y la que indefensión es fortaleza. Enseñar que la culpa “al ser irreal”, no tiene justificación, no ofrece seguridad alguna.
    Alivia la mente de la insensata carga de culpa que tan fatigosamente arrastra, y de este modo la curación se logrará. No se culpa el cuerpo. Simplemente se reconoce tal como es. Si se percibe correctamente, se puede entender el propósito. Con este único cambio, todo lo demás vendrá por añadurá. No hay necesidad de largos análisis ni discusiones o búsquedas fatigosas. La verdad es simple, al ser una y la misma para todos. Debe surgir inevitablemente la creencia de que para estar salvo uno debe controlar lo desconocido. En primer lugar, se produce debida a la creencia de que existen fuerzas que se deben vencer para que uno puede incluso estar vivo. Y luego parece si astas fuerzas solo se pudieron mantener a ralla mediante un iflado sentido de uno mismo que mantenga oculto lo que realmente se siente y que busque elevar las ilusiones a la luz.
    El progreso se vuelve imposible hasta que el paciente es persuadido para cambiar completamente su tergiversada manera de ver el mundo; su tergiversada manera de verse a si mismo. La verdad es simple. Debe enseñarse aquellos que atacan cuando se sienten amenazados y a aquellos que, por encima de todo, necesitan la lección de indefensión para mostrarles lo que es la Fortaleza. No se le pide más lo que se puede dar el psicoterapeuta, ni es digno del terapeuta dar menos de todo lo que tiene que dar.
    La curación es un proceso dirigido por Dios, se rige de acuerdo con su voluntad. No olvidemos que por nosotros mismos no podemos hacer nada, y apoyémonos en una fuerza que está más allá de nuestro limitado alcance con respecto a que debemos enseñar y a que debemos aprender.
    Dios nunca pide otra cosa que la más minima muestra de buena voluntad, el más pequeño de los avances, el más leve susurro de su nombre. Pedir ayuda y El enviara su respuesta. Tal vez que la respuesta no parezca ser un regalo del cielo. Puede incluso aparecer un empeoramiento en lugar de una ayuda. No obstante, no somos nosotros quienes juzgan el resultado.
    En alguna parte todos los dones de Dios serán recibidos. En tiempo ningún esfuerzo puede ser en vano. No se nos pide que seamos perfectos cuando intentamos curarse.
    Ayudémosla a perdonarse a si misma por todas las transgresiones por las que se condenaría a si mismo sin causa ninguna. Y según veamos su impecabilidad brillar a través del velo de culpa que cubre el hijo de Dios.
    Pues la curación le diré, a través de la voz que habla por Dios, que todos sus pecados le han sido perdonados.
    Al aferrarse a la culpa, ceñirla estrechamente y ofrecerla refugio, protegerla amorosamente y estar alerta para defenderla, no es otra cosa que una implacable negativa a perdonar. La curación comienza a oír el canto fúnebre que entona, y cuestiona su validez. Hasta que no oye, no puede entenderla.



     


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  • Acerca de "El proceso de la presencia"

    El flujo lúcido de este texto nos lleva suave y magnéticamente a una experiencia transformadora, que nos conecta con el vivo resplandor de la Conciencia del Instante Presente, donde encontramos la liberación, la salud y nuestra innata sabiduría. Leyendo simplemente este libro, sus percepciones se purificarán. Participando directamente en el Proceso de la Presencia, recobrará la salud de su experiencia vital.

    Lo que en otro tiempo fue difícil de explicar ha quedado ahora plasmado por escrito. Lo que en otro tiempo se consideraba un territorio de paz al que sólo podían acceder los «adeptos espirituales» está ahora al alcance de todo el mundo.

    Este libro nos enseña cómo ir más allá de nuestras aflicciones y adicciones físicas, mentales y emocionales, y nos adentra audazmente en un nuevo paradigma de la salud.

    Hasta 1989, Michael Brown, de origen sudafricano, estuvo viviendo lo que él define como una vida dichosamente inconsciente como periodista musical. Posteriormente contraería una enfermedad neurológica muy dolorosa, para la cual la medicina convencional no disponía de cura ni de alivio. Esto le haría ponerse en camino para lo que sería una odisea de autocuración que se prolongaría durante nueve años. Su búsqueda le llevó a explorar numerosas terapias de medicina alternativa, y el resultado de este empeño es un nuevo sistema de sanación evolutivo denominado «el Proceso de la Presencia». Michael Brown vive actualmente en Sudáfrica, donde se dedica a compartir el Proceso de la Presencia a través de la enseñanza personal.

    Debido a las pausas y dilaciones que el tiempo estable ce ente la causa y efecto, ni se nos pasa por la cabeza que en realidad no s estamos quejando de nosotros mismos y de las consecuencias de nuestros propios acciones, o que en realidad estamos compitiendo con nosotros mismos, debido a los obstáculos que nosotros mismos nos hemos puesto en el camino. La actitud de victima o de vencedor es ciertamente similar a la del perro que gira frenéticamente intentando morderse su propia cola. La única diferencia es que el perro se divierte más.

    Mientras vivimos en el tiempo, no podremos ver con claridad la conexión entre la causa y el efecto. Todo pensamiento, palabra y acción, y sus correspondientes consecuencias, están íntimamente conectados y no se puede separar. Están conectados energéticamente. Esto es la ley de causa y efecto, sobre cuya marea se mueve el universo entero.

    Una de las cosas que nos impiden ver en acción esta ley del universo la constituye el hecho de que nuestra atención ha sido traspasada a la superficie de las cosas.
    Para seguir adelante en nuestra vida adulta, tenemos que poner literalmente “detrás de nosotros” estas experiencias emocionales desagradables; pero con ello, ocultamos las causas de una gran parte del malestar que padecemos en la actualidad.
    Como consecuencia de esto, nos vemos incapaces de establecer concientemente la conexión entre estos acontecimientos casuales y su impacto en nuestras circunstancias ocultas, y esto es los que hace que la vida se nos antoje caótica.
    Y el sentirse victima o vencedor es un patrón de comportamiento que emerge que esta incapacidad para establecer la conexión entre las circunstancias actuales de nuestra vida y el sistema de creencias inconscientes que se activa con malestar emocional reprimido de nuestro pasado.

    Cada vez que se ocurre algo que nos perturba emocionalmente, tanto si adopta la forma de un acontecimiento como si adopta la forma del comportamiento de otra persona, estamos viendo un reflejo de nuestro pasado.



     


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  • Guerreros de la mente


    Isabel Pinillos / Antonio Fuster

    Qué son, cómo se originan y cómo combatir las resistencias y defensas psíquicas, desde la ansiedad y el pánico a las fobias.
    ¿Quién no tiene o conoce a alguien que sufra ansiedad, algún tipo de fobia, ataques de pánico, temores infundados o miedo extremo? En nuestra sociedad, estos tipos de trastornos están cada vez más generalizados. Los guerreos de la mente nos enseña cómo funcionan sus mecanismos y cómo luchar contra ellos. Isabel Pinillos y Antonio Fuster nos explican el significado de las defensas que creamos en nuestra psique desde nuestra infancia. Muchos de los problemas psicológicos que sufrimos tienen que ver con episodios del pasado en los que nos sentimos en peligro y tuvimos que elaborar un tipo de defensa. Con el paso del tiempo, esta sigue respondiendo reiteradamente como si estuviéramos viviendo ese riesgo una y otra vez aunque ya no exista. Estos guerreros nos impiden vivir satisfactoriamente, pero a través de estas páginas lograremos identificar el origen de esos mecanismos, cómo funcionan, sus disfraces y también cómo reeducarlos y ubicarlos en el lugar que les corresponde. Un libro serio y riguroso, fruto de más de veinte años de experiencia clínica de la psicóloga Isabel Pinillos y con la colaboración del periodista y estudioso de temas psicológicos Antonio Fuster. Contiene ejercicios prácticos que bien realizados son de gran ayuda en personas con problemas de esta índole.

    Talento para vivir
    Isabel Pinillos


    Este libro es fruto de los veinte años de experiencia de los autores en el campo de la psicología aplicada. Ayudándonos en la comprensión de nuestra estructura psíquica y apoyándose en un gran número de ejemplos y ejercicios prácticos, esta obra posibilita el desarrollo de las estrategias necesarias para conocer las causas de nuestras emociones, sentimientos y actitudes, especialmente las de aquellas que hacen más complicada la vida cotidiana. De ese modo, Talento para vivir proporciona los instrumentos necesarios para afrontar positivamente los retos que la vida nos propone a diario y superarlos con éxito. El resultado de este trabajo es una obra excepcional, que se lee sin pausa, rigurosa y exhaustiva en el plano científico, y extraordinariamente amena. Un libro que, como dice Bernabé Tierno en el prólogo, «no deben perderse ni las personas interesadas en el moderno desarrollo de las técnicas psicológicas, ni el psicólogo de profesión, ni mucho menos el público en general&raquo.



     


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  • El poder de tu mente subconsciente


    Extractos del libro de Joseph Murphy

    Resumen de los puntos más Sobresalientes

    Capítulo 1: "El tesoro está dentro de usted"

    La casa de los tesoros está dentro de usted. Mire hacia el interior y hallará una respuesta a los deseos de su corazón.
    Su mente subconsciente tiene las respuestas para todos los problemas. Si usted sugiere a su subconsciente antes de irse a dormir: "Yo quiero despertarme a las 6 de la mañana " ", usted despertará a esa hora exactamente. Esto lo he repetido en varios de mis libros e insisto en ello por la eficiencia en su aplicación.
    El gran secreto de los hombres célebres de todas las épocas, fue su habilidad para entrar en contacto con los poderes de su mente subconsciente, liberándolos. Usted puede hacer lo mismo que ellos hicieron, con fe, con tenacidad, convencido de sus firmes propósitos.
    La mente subconsciente es el arquitecto de su cuerpo y puede curarlo. Mantenga ideas de salud perfecta y trasmítalo a su subconsciente antes de acostarse. Dé las órdenes justas y razonables como a un sirviente y usted será obedecido.

    Cada pensamiento es una causa y cada condición es un efecto.
    Si usted quiere escribir un libro, pronunciar un mejor discurso a su auditorio, puede estar convencido que su mente subconsciente le responderá favorablemente.
    Usted es como el capitán del buque, dando órdenes correctas (pensamientos e imágenes) a su mente subconsciente que controla y gobierna todas sus decisiones y actos.
    Nunca use los términos "yo no puedo hacerlo", "no puedo comprarlo". Su mente subconsciente lo acatará literalmente y le impedirá realizarlo. Debe decir: "Puedo hacer todas las cosas a través del poder de mi mente subconsciente", los resultados no se harán esperar.
    La Ley de la vida es la ley de creer en algo. Una creencia es un pensamiento en su mente; no crea que las cosas le vayan a herir a usted. Crea en el poder de la mente subconsciente para curar, inspirar, fortalecer y prosperar. A medida que aumente su fe, los resultados aumentarán también.

    Cambie sus pensamientos, y usted cambiará su destino.

    Capítulo 2: "Cómo trabaja su propia mente"

    Piense bien y el bien seguirá. Piense mal y el mal seguirá. Usted es lo que usted piensa todo el día.
    Su mente subconsciente no discute con usted. Acepta lo que su mente consciente le determina. Si usted dice "no puedo comprarlo", podrá ser verdad, pero no lo diga. Seleccione un mejor pensamiento y diga "lo compraré, yo lo acepto en mi mente".
    Usted tiene el poder de escoger. Escoja la salud y la felicidad. Usted puede escoger ser amigable o puede ser cascarrabias. Escoja ser cooperador, amigable, contento, amante de las cosas y todo el mundo le responderá. Esta es la mejor manera de desarrollar una personalidad maravillosa.
    Su Mente consciente es el celador "a la entrada". Su función principal es proteger su mente subconsciente de las situaciones falsas. Escoja el creer que algo bueno le puede suceder, y que puede pasar ahora. Su gran poder está en la capacidad de escoger. Escoja Felicidad y abundancia.
    La sugestión y lo que otros dicen no tienen poder para herirlo. El único poder es el movimiento de sus propios pensamientos. Usted pude elegir o rechazar los pensamientos o lo que otros dicen y afirmar lo bueno. Usted tiene el poder de escoger cómo reaccionará.Observe lo que usted dice. Usted debe recordar cada una de sus palabras.
     Nunca diga, "fallaré, Perderé mi trabajo, no puedo pagar el alquiler". Su mente subconsciente no tolera bromas.
    Su mente no es mala, no hay ninguna fuerza de la naturaleza que sea mala.
    Depende cómo use los poderes de la naturaleza. Use su propia mente para curar e inspirar a todas las personas.
    Nunca diga "no puedo". Venza ese miedo sustituyendo esto por lo siguiente, "yo puedo hacer todas las cosas, a través del poder de mi propia mente subconsciente.
    Comience a pensar desde el punto de vista de las verdades eternas y de los principios de la vida y no desde los puntos de vista del miedo, la ignorancia y la superstición. No permita que otros piensen por usted. Elija sus propios pensamientos y haga sus propias decisiones. Usted es el capitán de su propia alma, es decir se su mente subconsciente. Usted es el maestro de su propio futuro.
    Cualquier cosa que su mente consciente asuma y crea que es verdad, su mente subconsciente aceptará y la dejará pasar. Crea en la buena fortuna, en la guía divina, en la acción verdadera y en todas las maravillas de la vida.

    Capítulo 3: "El milagroso poder de trabajo de su subconsciente"


    Su mente subconsciente controla todos los procesos vitales de su cuerpo y conoce las respuestas a todos los problemas.
    Antes de irse a dormir, haga un requerimiento específico al subconsciente tratando de probar el poder de trabajo milagroso del subconsciente suyo en usted mismo.
    Cualquier cosa que usted imprima en su mente subconsciente, se proyecta en la pantalla del espacio como acontecimientos y experiencias. Por lo tanto usted debe escoger cuidadosamente las mejores ideas y los pensamientos que alimentan y consideran su mente consciente, desechando las ideas nocivas, las destructoras de la paz interior y del amor.
    La ley de la acción y la reacción es universal. Su pensamiento es acción, y la reacción es la respuesta automática de su mente subconsciente a su pensamiento. Cuidado con sus pensamientos!
    Toda frustración se debe a deseos no cumplidos. Si usted fija demasiado su atención y comenta frecuentemente los obstáculos, las demoras y las dificultades, su mente subconsciente formará un muro de contención y bloqueará su propia felicidad y paz del espíritu.
    El principio de la vida correrá a través de usted rítmica y armoniosamente si usted afirma conscientemente: "Estoy seguro que el poder subconsciente que me da este deseo, se está llenando dentro de mí". Esto disolverá sus conflictos. Usted llegará a interferir el ritmo normal de su corazón, de sus pulmones, de sus órganos si usted alimenta preocupación, angustia y miedo. Alimente su subconsciente con pensamientos de armonía, salud y paz y todas las funciones de su organismo se normalizarán de nuevo.
    Guarde y mantenga su mente subconsciente ocupada con la esperanza de lo mejor, y su subconsciente reproducirá de manera fiel su pensamiento habitual.
    Imagine un final feliz o una solución afortunada a su problema; sienta la emoción de lograr algo y lo que usted se imagina y siente, será aceptado y lo logrará con su mente subconsciente.

    Capítulo 4: "Curación mental en tiempos antiguos"


    Recuerde usted mismo frecuentemente que el poder curativo está en su mente subconsciente.
    Sepa que la fe es como la semilla sembrada en la tierra; crece después según su clase. Siembre pues la idea (semilla) en su mente, riéguela y fertilícela con expectativa favorable y deseo manifiesto.
    La idea que usted tenga para un libro, un nuevo invento y lo que quiera hacer, manifiéstelo, conviértalo en realidad.
    Cuando rece por otra persona, tenga presente que su sabiduría interior puede modificar los moldes negativos en la mente de otros con resultados estupendos.
    Las curaciones milagrosas que usted haya oído sobre varios relicarios son debidas a la imaginación y a la fe ciega que actúa en la mente subconsciente, liberando el poder de curar.
    Toda enfermedad se origina en la mente; nada aparece en el cuerpo que no haya sido concebido por la mente.
    Los síntomas de casi todas las enfermedades pueden ser inducidos por sugestión hipnótica. Esto demuestra el poder de su pensamiento.
    Solo hay un proceso de curación y es la fe. Solo hay un poder curativo: Su mente subconsciente.
    Sea el objeto de su fe real o falso, usted obtendrá el resultado. Su mente subconsciente responde a su pensamiento. Mire por encima de la fe como un pensamiento en su mente y esto le bastará.

    Capítulo 5: "Curaciones mentales en la actualidad"


    Para hallar lo que le cura, procure sentir como una realidad, que las sugerencias dadas a su mente subconsciente le curarán el cuerpo y la mente.
    Desarrollar un plan bien definido para traspasarlo o transportarlo a su subconsciente. Visualizar el fin deseado, sentirlo una realidad. Retenerlo y seguirlo hasta obtener el resultado apetecido.
    De una vez por todas aprenda que la fe es una imagen a su mente y que lo que usted piense se realizará.
    Es una tontería creer en enfermedades o en algo que lo dañe o hiera. Crea en la salud perfecta, prosperidad, paz, bienestar y guía divina.
    Los grandes y nobles pensamientos con los cuales usted conviva, se convertirán en hechos.
    Aplique el poder de la oración curativa. Escoja un cierto plan, idea o imagen mental; únase mental y emocionalmente a ella y mientras esté convencido de tal actitud, su plegaria recibirá respuesta.
    Recuerde siempre: Si usted desea obtener realmente el poder curativo, puede conseguirlo por medio de la fe (convicción); esto implica una comprensión o conocimiento del trabajo conjunto que produzcan su mente consciente y subconsciente. La fe llega con el convencimiento.
    Fe ciega quiere decir que una persona puede obtener resultados curativos sin comprender o tener conocimiento científico del poder de las fuerzas implicadas.
    Aprenda a orar por los seres queridos que necesitan su ayuda por estar enfermos. Aquiete su mente, y sus pensamientos de salud, vitalidad y perfección; traspáselos para que actúen a través de la única mente subjetiva universal y esto será sentido en la mente de la persona amada.

    Capítulo 6: "Técnicas prácticas de curación mental"


    Sea un ingeniero mental. Use las técnicas de tanteo y prueba para construirse una vida mejor y espléndida.
    Su deseo es una plegaria o súplica. Bosqueje su deseo hasta el máximo sin dejar detalle; siéntalo una realidad y experimentará la alegría de ver la respuesta a su súplica.
    Desee completar las cosas de un modo fácil; tiene el apoyo de la ciencia mental. Usted puede edificar una salud radiante, feliz y dichosa, mediante los pensamientos que usted forme en el escondido estudio de su mente.
    Experimente científicamente hasta cuando compruebe personalmente cómo siempre hay una respuesta directa desde la inteligencia infinita de su mente subconsciente a su mente consciente.
    Sienta con alegría y felicidad ver la certeza con que se cumplirán sus deseos. Cualquier retrato mental proyectado en su mente será la sustancia de las cosas esperadas y la evidencia de las no vistas.
    Una imagen clara mental vale más que mil palabras. Su subconsciente devuelve al mundo físico cualquier imagen que usted mantenga fija en su mente, apoyándola en su convicción.
    Evite todo esfuerzo mental durante la plegaria. Introdúzcase en un estado somnoliento, adormézcase, manosee, baraje lo pensado y libérelo convencido de que recibirá la respuesta.
    Recuerde que un corazón agradecido está siempre cerca de las riquezas del universo.
    Afirmar es establecer que algo es así y usted mantiene esta actitud verdadera, no importando cualquier evidencia contraria, recibirá la respuesta a su plegaria.
    Genere ondas de armonía, paz y salud, pensando en el Amor y Gloria Divina.
    Lo que usted resuelva y lo sienta como verdadero, pasará. Resuélvase a tener armonía, salud, paz y abundancia.

     

     

     


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  • Capítulo 11: "La Mente subconsciente como socio del éxito"


    Éxito significa vida afortunada. Cuando está lleno de paz, dichoso y haga todo lo que le guste hacer, tendrá éxito.
    Busque lo que le guste hacer, y entonces hágalo. Si usted no conoce su verdadera expresión, pida ayuda y ella le llegará.
    Busque lo que le guste hacer, y entonces hágalo. Si usted no conoce su verdadera expresión, pida ayuda y ella le llegará.
    Especialícese en un campo en particular y trate de conocer el trasfondo de esa especialidad, más que cualquier otra.
    El hombre afortunado no es egoísta; su principal deseo es ayudar a la humanidad.
    No hay verdadero éxito sin paz mental.
    El hombre afortunado posee una gran comprensión espiritual y psicológica.
    Si usted imagina un objetivo claramente definido todo lo necesario le será provisto para poder alcanzarlo a través del asombroso poder de su mente subconsciente.
    Su pensamiento unido a la convicción se convierte en una ciencia subjetiva y de acuerdo a su fe, "así será hecho".
    El poder de una imaginación sostenida es causa de que salgan a trabajar para usted los asombrosos poderes de la mente subconsciente.
    Si usted busca promoción en su trabajo, imagínese ser un empleado, supervisor o desee un traslado o cambio de puesto. Fórmese una imagen vívida y real. Oiga las voces, vea los gestos, y sienta la realidad de todo esto. Continúe haciéndolo frecuentemente y ocupe constantemente su mente con el prototipo mental deseado, se alegrará de obtener la respuesta.
    Su mente subconsciente es un almacén de memoria. Para una memoria perfecta, afirme con frecuencia: "La inteligencia infinita atraerá hacia mí el comprador para esta casa, alguien que la necesita y que progresará con ella". Sostenga esta frase y las corrientes más profundas harán que esto suceda.
    Si usted desea vender una propiedad cualquiera que sea, afirme lenta sosegada y convincentemente: "La inteligencia Infinita atraerá hacia mí el comprador para esta casa, alguien que la necesita y que progresará con ella". Sostenga esta frase y las corrientes más profundas harán que esto suceda.
    La idea de éxito contiene todos los elementos de éxito. Repita la palabra "éxito", a usted mismo frecuentemente con la convicción y tendrá la suficiente compulsión subconsciente para lograr el éxito.

    Capítulo 12: "Los científicos y sabios utilizan la mente subconsciente"


    Recuerde que la mente subconsciente ha decidido el éxito y descubrimientos asombrosos de todos los grandes científicos.
    Poniéndole atención consciente y dirección a la solución de un problema complejo, su mente subconsciente le suministrará toda la información y le dará el resultado a la mente consciente.
    Si usted está perplejo ante un problema y no encuentra la respuesta, trate de resolverlo objetivamente. Obtenga toda la información que pueda de la investigación y también de otras formas. Si la respuesta no llega, transfiérala a su mente subconsciente antes de dormir y la respuesta le llegará. Nunca falla.
    La respuesta no llega siempre de un día para el otro. Mantenga transfiriendo su pregunta a su mente subconsciente hasta el día en que llegue y las sombras se desvanezcan.
    Usted retarda la respuesta pensando que ella tardará en llegar porque el problema es muy grande. La mente subconsciente no tiene problemas, ella sólo sabe la respuesta.
    Cree que Crea que la respuesta ya la encontró y la manera como se sentiría si ya la tuviese; la mente subconsciente le responderá según su modo de sentir.
    Cualquier imagen mental, respaldada por la convicción y la constancia, se manifestarán a través del asombro poder de trabajo de la mente subconsciente, impúlselo, crea en su poder y asómbrese de lo que suceda cuando reciba la respuesta.
    Su subconsciente es el archivo de la memoria, dentro de su subconsciente están archivadas todas las experiencias vividas desde su niñez.
    Los científicos, meditando sobre los antiguos manuscritos, fósiles, etc. Son capaces de reconstruir escenas del pasado y hacerlas revivir. Su mente subconsciente viene en su ayuda.
    Transfiera el problema a la mente subconsciente, antes de dormirse. Confíe y crea en ella, la respuesta vendrá. Ella lo conoce todo y lo ve todo, usted no debe dudar de su poder.
    La acción es su pensamiento y la reacción es la respuesta de su mente subconsciente. Si sus pensamientos son sabios, sus acciones y decisiones serán correctas.
    La ayuda o guía vendrá como un sentimiento interno, una corazonada o impulso, le dirá esto es así, usted sabe que lo sabe sin saber porque: es un sentimiento interior. Sígalo.

    Capítulo 13: "El Subconsciente y las Maravillas del Sueño"


    Si usted está preocupado porque teme no despertar a tiempo, sugiérale al subconsciente, antes de dormirse la hora exacta en que desea despertarse y se despertará. No necesita reloj. Haga lo mismo con todos los problemas. No hay nada difícil para la subconciencia.
    Su Subconsciente nunca duerme. Está siempre trabajando. Controla las funciones vitales. Olvídese de sí mismo y de cualquier otra cosa, antes de dormir, y la curación o respuesta tendrá lugar mucho@POLITANO más rápidamente.
    La Guía o ayuda le vendrá mientras duerme, algunas veces durante el sueño. Las corrientes curativas son liberadas y en la mañana se sentirá reposado y rejuvenecido.
    Cuando tenga problemas por vejaciones o tropiezos en el día, aquiete las ruedas de su mente y piense que la sabiduría e inteligencia está localizadas en Su Mente Subconsciente listas a responderle. Esto le dará a usted paz, fortaleza y confianza.
    Duerma para obtener paz mental y salud corporal. La falta de sueño puede causar irritación, depresión y desórdenes mentales. Usted necesita ocho horas de sueño.
    El punto de vista de investigación médica señala que el insomnio precede a los desórdenes sicóticos.
    Durante el sueño usted es perforado espiritualmente. Es esencial el sueño adecuado para tener una vida vigorosa y alegre.
    El cerebro cansado es causa de ansiedad por dormir y sacrificará cualquier cosa para obtenerlo. Muchas personas que han caído en microsueños cuando conducen un vehículo pueden ser un testimonio.
    Las personas privadas de sueño tienen una memoria pobre y carecen de coordinación adecuada. Ellos llegan al estado de confusión, aturdimiento y desorientación.
    Duerma pidiendo consejo. Antes de dormirse, suplique a la Inteligencia Infinita de Su Mente Subconsciente le guíe y le dirija.
    Tenga absoluta confianza en Su Subconsciente. Reconozca que su tendencia es la de conservar la vida. Ocasionalmente, la respuesta del subconsciente llegará como un sueño real o una visión nocturna. Usted puede ser prevenido por una desgracia como lo fue el autor de este libro.
    Su futuro está en su mente ahora, basada sobre sus creencias y sentimientos habituales. Pida que la inteligencia infinita lo dirija y guíe y que todo lo bueno se halle en usted, y su futuro será maravilloso. Créalo y acéptelo. Espere lo mejor e invariablemente lo mejor le llegará.
    Si usted está escribiendo una novela, cuento, libro o está trabajando en un invento, hablando a Su Mente Subconsciente en la noche y suplicando con firmeza que su sabiduría, inteligencia y la potencia sean su guía, y ellas le revelarán lo que necesita para su trabajo, ya sea un cuento, libro, etc. Las cosas más asombrosas le sucederán cuando usted suplique así.

     


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  • Capítulo 14: "La Mente Subconsciente y los problemas Maritales"


    La ignorancia de las leyes mentales y espirituales es la causa de todas las desdichas matrimoniales. Hagan juntos la plegaria científica, permanezcan unidos.
    La mejor época para evitar el divorcio es antes de casarse. Si usted sabe como orar correctamente, atraerá le pareja adecuada a su modo de ser.
    El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer que están compenetrados por el amor. Sus corazones son uno solo y se movilizan al unísono.
    El matrimonio no trae la Felicidad. La gente encuentra la felicidad sumergiéndose en las verdades eternas divinas y los valores espirituales de la vida. Entonces, el hombre y la mujer pueden contribuir entre sí para lograr su felicidad y alegría.
    Se atrae la pareja adecuada sumergiéndose en las cualidades y características que se admiran en el hombre o la mujer anhelados y entonces la mente subconsciente cumplirá los deseos como por una orden divina.
    Forme en su mentalidad el prototipo que desea como cónyuge. Si desea atraer un cónyuge honesto, sincero y amoroso, usted debe ser honesto, sincero y amoroso.
    No debe repetir su error matrimonial. Cuando usted realmente tenga el tipo de pareja idealizada, encárnela dentro de su ser tal como lo quiere. Creer es aceptar algo como verdad. Acepte su compañero ideal ya, desde este instante.
    No se asombre como, porque o donde encontrará la pareja que pide. Transfiera su deseo implícitamente en la sabiduría de su Mente Subconsciente. Ella sabe como hacerlo y usted no tiene que ayudarle.
    Usted se divorcia mentalmente cuando induce resquemores, rencores, mala voluntad y hostilidad hacia su cónyuge. Está alojando su error en el lecho de su mente. Adhiérase a los votos matrimoniales es: "Prometo cariño, amor y honor a mi cónyuge todos los días de mi vida".
    Deje de proyectar prototipos negativos contra su cónyuge. Envíele pensamientos de amor, paz, armonía y buena voluntad y su matrimonio crecerá más bello y más maravilloso a través del tiempo.
    Irradie amor, paz y buena voluntad entre sí. Estas vibraciones son acogidas por la mente subconsciente resultando en respeto, afecto y cariño mutuo.
    Una mujer regañona reclama atención y aprecio. Ella reclama el amor y el afecto que se merece. Hónrela y exalte sus buenas cualidades. Demuéstrele que la ama y la aprecia.



    Un hombre que ama a su mujer no hace nada indelicado, ni en palabra, pensamiento o acción. Amar es amor.
    Cuando existan problemas maritales, vea a un médico experto en esa especialidad. Usted no va al carpintero para que le saque una muela. Jamás discuta sus problemas conyugales con parientes o amigos. Vaya donde un especialista. Él puede ayudar.
    Nunca trate de remodelar a su cónyuge. Estos intentos son siempre vanos y tienden a destruir el orgullo y la autoestimación del otro. Sin embargo, levantando un ambiente de resentimientos le llevará al desenlace. Cese todo intento de hacer de su cónyuge su otro yo. Oren juntos y permanezcan juntos. La oración científica resuelve todos los problemas. Haga el prototipo de su cónyuge tal como ella sea: alegre, feliz, saludable y hermosa. Vea a su marido tal como es: fuerte, vigoroso, amoroso, armonioso y bondadoso. Mantenga este retrato mental y usted disfrutará de un matrimonio en armonía y paz.

    Capítulo 15: "La Mente Subconsciente y La Felicidad"

     

    William James decía que el descubrimiento del siglo XIX era el poder de la mente subconsciente impulsado por la fe.
    Hay un poder tremendo dentro de usted. La felicidad le llegará cuando adquiera una sublime confianza en esta potencia. Entonces, hará que sus sueños sean verdaderos.
    Usted puede vencer cualquier defecto y realizar los deseos de su mente subconsciente. Quien confíe en las leyes de la mente subconsciente será feliz.
    Usted debe escoger la felicidad. La felicidad es un hábito.
    Cuando usted abra los ojos en la mañana, dígase a sí mismo: "Hoy seré Feliz. Hoy tendré buena voluntad todo el día. Hoy estaré en paz”. Ponga su vida entera, el amor y el interés en esta afirmación y usted habrá escogido la felicidad.
    Manténgase agradecido durante todo el día. Aún más, suplique por la paz, felicidad y prosperidad de todos los miembros de su familia, sus asociados y todas las personas en general.
    Debe ser sincero, al desear la felicidad. Nada se completa sin el deseo. Desear es un sentimiento con las alas imaginativas y llenas de fe. Imagínese el cumplimiento de su deseo, siéntalo como una realidad y se cristalizará. La felicidad viene como respuesta a su súplica.
    Si piensa constantemente en el temor, preocupación, ansiedad, odio y fracaso, se convertirá en un ser deprimido y desdichado. Recuerde, su vida es lo que sus pensamientos hagan de usted.
    La felicidad no puede comprarse ni con todo el dinero del mundo. Algunos millonarios son muy felices, otros son muy desdichados. Alguna gente sencilla es feliz, y algunas son desdichadas. El reino de la felicidad está en su propio pensamiento y sentimientos.
    La felicidad es la cosecha de una mente tranquila. Mantenga sus pensamientos sobre la paz, equilibrio, seguridad, guía divina y su mente será productora de felicidad.
    No hay obstáculo para ser feliz. Las cosas externas no son causales, son efectos, tome el único principio creativo dentro de usted. Su pensamiento es la causa y una nueva causa produce un nuevo efecto. Escoja la felicidad.
    El hombre más feliz es aquel que avanza hacia lo más alto y mejor. Lo Divino es lo más alto y lo mejor en él, porque el Reino Divino está dentro de él.

    Capítulo 16: "La Mente Subconsciente y Unas Relaciones humanas Armoniosas "


    Su mente subconsciente es una máquina grabadora que reproduce sus pensamientos habituales. Crea en lo bueno de los demás y está trayendo la bondad hacia usted. El resentimiento y el odio son venenos mentales. No piense mal de los demás, para que ellos no piensen mal de usted. Usted es el único pensador del universo; sus pensamientos son creadores.
    Su mente es un medio creador, por lo tanto, lo que usted piense y sienta de los demás, será su propia experiencia. Este es el significado sicológico de la Regla Aurea. Como usted crea que un hombre piensa de usted, así pensará usted de él. Hacer trampas, robar o defraudar a otros es atraer desdichas, frustraciones y limitaciones de sí mismo. Lo que usted haga a otro se lo hará a usted mismo. Su mente subconsciente graba sus motivaciones internas, pensamientos y sentimientos, siendo estos de una naturaleza negativa, la frustración, limitaciones y problemas se le presentarán de muchas maneras.
    Lo bueno que usted haga, la bondad que usted irradie, el amor y buena voluntad que usted dispense, regresarán multiplicados en diferentes maneras. Usted es el único pensador en el mundo. Usted es el responsable por la forma de pensar hacia ellos. Sus pensamientos se reproducen. ¿Qué piensa en estos momentos de sus compañeros? Obtenga la madurez emocional, no impida que otras personas difieran de usted. Tienen el perfecto derecho a no estar de acuerdo con usted, y usted tiene la misma libertad en disentir con los demás. Usted puede disentir sin llegar a ser desagradable.
    Los animales perciben sus vibraciones de temor y saltan sobre usted. Su usted ama los animales, nunca le atacarán. Muchos humanos indisciplinados son como los animales, muy sensitivos.
    Su conversación interior, representa sus pensamientos y sentimientos silenciosos, que atraen las reacciones de los demás hacia usted.
    Desea para otro lo que desees para ti. Esta es la clave de la relación armoniosa con los demás. Cambie su concepto y estime a su empleado. Sienta y conózcalo practicando la regla áurea y la ley de amor y él responderá.
    Nadie puede irritarle o inquietarle si usted no lo permite. Su pensamiento es creador, bendíganlo. Si alguien le llama a usted tonto, está en la obligación de contestarle. "Que la paz divina llene tu alma".
    El amor es la clave de caerles bien a los demás. El amor y comprensión, buena voluntad y respeto por la divinidad del otro. Usted no odia a un jorobado. Le tiene compasión. Tenga compasión y comprenda a los jorobados mentales que han sido condicionados negativamente. Comprenderlo todo es perdonarlo todo. Regocíjese en el éxito, promoción y buena fortuna de los demás. Al hacerlo así usted atraerá buena fortuna hacia usted. No permita escenas emocionales y rabietas de los demás. El apaciguamiento nunca gana. No sea un adormecido. Sosténgase en lo correcto. Mantenga su ideal conociendo su prototipo mental el cual le dará paz, felicidad y orientación hacia lo correcto, bueno y verdadero. Lo que usted bendiga, será bendito. Todo lo que debéis a los demás es amor y el amor es desear para alguien lo que se desea para sí. Salud, felicidad y todas las bendiciones de la vida.

     

     

     


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  • Capítulo 17:"Como utilizar La Mente Subconsciente para Perdonar"



    El principio vital no respeta a nadie. La vida no tiene favoritos. El principio vital parece favorecerle cuando usted se sintonice a sí mismo con el principio de armonía, salud, alegría y paz.
    El principio vital no envía ni enfermedades, ni accidentes, ni sufrimientos. Nosotros atraemos estas cosas sobre sí mismos por nuestros pensamientos destructivos negativos basados en la ley "Lo que sembramos, recogeremos".
    Su convicción sobre el principio vital es la cosa más importante de su vida. Si usted está convencido realmente de la existencia del Amor Divino, su mente subconsciente responderá dándole innumerables bendiciones. Crea en el Amor Divino.
    El principio vital no guarda rencor alguno contra nadie. La vida jamás condena. La vida cura una profunda cortada en su mano. La vida le perdona cuando se quema un dedo, reduciendo el edema y restaurando la parte afectada perfecta y totalmente.
    El complejo de culpa es un falso concepto del principio vital ni nos castiga, ni nos juzga a sí mismo por sus falsas creencias, pensamientos negativos o auto condenación.
    El principio vital, ni condena ni castiga. Las fuerzas naturales no son malvadas, es el efecto de su uso. Depende de cómo utilice usted el poder que está dentro de ellas. Usted puede utilizar la electricidad para matar a alguien e iluminar su casa. Puede utilizar el agua para ahogar a un niño o calmar la sed. El bien o el mal respaldan el pensamiento y el propósito en la propia mente del hombre. El principio vital jamás castiga. Los hombres se castigan a sí mismos por su falso concepto de Dios, de la vida, y del universo. Sus pensamientos son creadores y ellos crean su propia miseria. Si alguien le critica y estas faltas son ciertas, alégrese y aprecie el comentario. Esto le da la oportunidad de corregirse. No volverá a ser herido por la crítica cuando comprenda que usted es la clave de sus pensamientos, reacciones y emociones. Esto le dará la oportunidad para rogar y bendecir a los demás, y en consecuencia, a sí mismo.
    Cuando suplique para obtener guía y actuar correctamente, tómelo tal como venga. Comprenda que es bueno y muy bueno. Entonces no habrá causa para auto apiadarse, odiarse o criticarse.
    No hay algo que sea bueno ni malo, solo el pensamiento así lo hace. No hay nada malo en el sexo, el deseo de comida, prosperidad, riqueza o expresión perfecta, depende de cómo utilice estas necesidades, deseos o aspiraciones. Sus deseos por alimentarse pueden lograrse sin matar a alguien para conseguirlo.
    El resentimiento, el odio, mala voluntad y hostilidad están detrás de un pesado fardo de malestares. Perdónese a sí mismo y a los demás, irradiando amor, vida, alegría, buena voluntad para todos aquellos que le ofendan. Continúe hasta cuando traspase su mente y tenga verdadera paz con ellos.
    Perdonar es dar algo - Dar amor, paz, alegría, sabiduría y todas la bendiciones de la vida a los demás - hasta que no haya dolor en vuestra mente. Es esta la prueba del ácido del perdón. Supongamos que usted haya tenido un absceso dental hace un año, era muy doloroso. ¿Pregúntese a sí mismo, ahora duele? La respuesta será negativa. En forma semejante si alguien le ha ofendido, calumniado, herido, ultrajado, su pensamiento contra esta persona ¿es negativo? ¿Se enfurece cuando lo recuerda? Si es así, las raíces del odio están allí, vivas y destruyéndole. La única manera de eliminarlas es con amor, deseándole a la persona ofensora todas las bendiciones divinas, hasta el instante en que el recuerdo de la persona no le mortifique y reaccione con una bendición de amor y paz. Esto es el significado de "perdona setenta veces siete".

    Capítulo 18: "El Subconsciente Elimina los obstáculos Mentales"

     

    La solución está en el problema mismo. La respuesta está dentro de cada pregunta. La Inteligencia Infinita le responderá cuando usted la llame lleno de fe y confianza. El hábito es una función de la mente subconsciente. No hay mayor evidencia que el asombroso poder del subconsciente plasmado en la fuerza de los hábitos adquiridos durante nuestras vivencias. El hombre es el resultado de sus hábitos.
    Usted va formando hábito en la mente subconsciente repitiendo un pensamiento y actuando una y otra vez hasta establecer la impresión prototipo en la mente subconsciente, convirtiéndose en un autómata: baila, escribe, camina, nada, conduce un automóvil.
    Usted tiene la libertad de escoger. Puede obtener un hábito bueno o malo. La plegaria es un buen hábito.
    Cualquier imagen mental, apoyada por la convicción que usted sostenga en su mente consciente, la cristalizará su mente subconsciente.v El único obstáculo de su éxito es su propio pensamiento, su propia imagen mental. Cuando su imagen se disperse, regrésela a la contemplación de su meta. Conviértalo en un hábito. Con esto se disciplina la mente. Su mente consciente es una cámara fotográfica y su mente subconsciente es la placa sensitiva sobre la cual se imprime o registra la imagen. La única mala suerte que le puede perseguir es su constante y repetido pensamiento de temor. Rómpala, sabiendo que cualquier cosa que empiece debe terminarla. Imagínese el final feliz y sosténgalo con toda confianza. Para reformar un nuevo hábito debe estar plenamente convencido de su necesidad. Si sus intenciones de eliminar un mal hábito son superiores a las de continuarlo, tiene la mitad del camino a su favor. Lo que digan los demás no puede herirle excepto que usted admita en sus pensamientos que tengan participación mental. Identifíquese a sí mismo con su meta de paz, armonía y alegría. Usted es el único pensador del universo.
    Beber excesivamente es un deseo inconsciente de escape. La causa del alcoholismo es un pensamiento negativo destructivo. La cura está en creerse libre, sobrio y perfecto hasta sentir la emoción de haberse liberado del vicio.
    Mucha gente sigue siendo alcohólica porque niega admitir que lo es.
    La ley de la mente subconsciente, que le mantiene maniatado e inhibido para actuar libremente, le dará la libertad y felicidad ansiadas. Depende de cómo la use. Su imaginación le guía hacia la bebida convirtiéndole en un esclavo, deje que le conduzca hacia la liberación de su vicio empezando por imaginar que usted ya es libre. Su imaginación le guía hacia la bebida convirtiéndole en un esclavo, deje que le conduzca hacia la liberación de su vicio empezando por imaginar que usted ya es libre.
    La causa real del alcoholismo es el pensamiento negativo destructivo. "Como un hombre piense en su corazón (mente subconsciente), así será él". Cuando el temor toque a la puerta de su mente, tenga fe en la ley divina, en la ley de todas las cosas buenas y se abrirán sus puertas.

    Capítulo 19:"Elimine el temor utilizando la Mente Subconsciente"

     

    Haga las cosas que tema hacer y elimine el temor. Dígase a sí mismo: "Seré el amo del temor" y lo será. El temor es un pensamiento negativo de su mente. Suplántelo por un pensamiento constructivo. El miedo mata miles de personas. La confianza es más fuerte que el temor. Nada es más poderoso que la fe en el Principio Divino. El temor es su mayor enemigo. Está detrás del fracaso, enfermedad y malas relaciones con los demás. El amor eliminó el temor. El amor es un agregado emocional a las cosas buenas de la vida. Enamórese con honestidad, integridad, justicia, buena voluntad y éxito. Viva en la alegre expectación de lo mejor e invariablemente lo mejor vendrá a usted. Contraataque las sugestiones del miedo, con el opuesto, tal como: "Canto divinamente, estoy seguro, tranquilo y en calme". Le dará buenos dividendos. El temor respalda la amnesia en el momento del examen oral o escrito. Usted puede vencerlo afirmando frecuentemente: "Tengo una memoria perfecta para todo lo que necesito saber" o puede imaginarse a un amigo felicitándolo por su brillante éxito en los exámenes. Persevere y vencerá. Si usted teme nadar; nade libre y alegremente en su imaginación, mentalmente tírese al agua, sienta lo fría que está y la emoción de nadar a través de la piscina. Hágalo real, al hacerlo subjetivamente estará impulsándose para entrar al agua y conquistarla. Esta el la ley mental. Si teme usted a los lugares cerrados, tales como teatros, auditorios, ascensores, etc., súbase al ascensor alabando todas sus partes y funciones. Verá como el miedo desaparecerá rápidamente. Nacemos solamente con dos tipos de temores: el temor a caer y el temor al ruido. Todos los demás temores son adquiridos. ¡Elimínelos!. El temor normal es bueno. El temor anormal es muy malo y destructivo. La constante tolerancia de pensamientos de temor produce el miedo anormal, obsesiones y complejos. Puede usted vencer el temor anormal cuando sepa que el poder de su mente subconsciente puede cambiar las condiciones y traer a la realidad los profundos deseos de su corazón. Póngale atención inmediata y devoción a su deseo que sea opuesto al temor. Esto es el amor que elimina el temor. Cuando usted tema un fracaso póngale atención al éxito. Si teme una enfermedad, siéntase en perfecta salud. Si usted teme un accidente, pida la guía y protección divinas. Si usted tiene miedo a la muerte, sumérjase en la vida eterna. Dios es la vida y él es ahora su vida. La gran ley de sustitución es la respuesta al miedo. Cualquiera que sea su temor tiene una solución en la forma de su deseo. Si está enfermo, desee salud. Si está aprisionado por el temor, desee la libertad. Espere lo bueno. Mentalmente concéntrese en lo bueno y reconozca que su mente subconsciente le responderá siempre. Nunca le fallará. Las cosas que usted teme no existen sino a través de sus pensamientos. Los pensamientos son creativos. Por eso se dice: "Lo que temo caerá sobre mí". Piense en lo bueno y lo bueno le llegará. Capítulo 20: "Como Permanecer Espiritualmente Joven" Paciencia, bondad, amor, buena voluntad, felicidad, sabiduría y entendimiento son cualidades que nunca envejecen. Cultívelas y expréselas; permanezca joven mental y corporalmente. Algunos médicos investigadores dicen que el envejecimiento prematuro es causado por el temor neurótico que produce el tiempo. La edad no es el vuelo de los años, es el nacimiento de la sabiduría en la mente del hombre. Los años más productivos de nuestra vida pueden ser después de los sesenta y cinco. Reciba con alegría el pasar de los años. Significa que usted se mueve hacia un punto más alto en la escala de la vida que no tiene final. El principio Divino es la Vida y él es su vida en este momento. La Vida se renueva, es eterna e indestructible y es la realización de todos los hombres. Usted vivirá siempre, puesto que su vida es la vida del principio divino. La evidencia de sobrevivir después de la muerte es irresistible. No puede ver su mente, sin embargo sabe que la tiene. No puede ver su espíritu, pero sabe que vive en el espíritu del artista, del músico, del orador. Reconocéis como reales en vuestra mente y corazón el espíritu de bondad, verdad y belleza. No puede ver la vida pero sabe que está vivo. La vejez puede llamarse la contemplación de las verdades divinas desde el más alto punto de vista. La alegría de la vejez es mucho mayor que la de los jóvenes. Su mente está ocupada con el atletismo mental y espiritual. La naturaleza vuelve lento su cuerpo de modo que usted puede meditar mejor en las cosas divinas. No contamos los años de un hombre hasta cuando él no nos lo cuenta. Su fe y convicciones no están sujetas al decaimiento. Usted es tan joven como piensa que lo es. Usted es tan fuerte como crea que lo es. Usted es tan útil como crea que lo es. Usted es tan joven como lo sean sus pensamientos. Sus canas son un capital. Usted no vende sus canas, vende su talento, habilidad y sabiduría acumulada a través de los años de arduo trabajo. Dietas y ejercicios no lo mantendrán joven. Como un hombre piensa que es, así será. El temor a la vejez tras deterioro mental y físico. La cosa que temo caerá sobre mí. Usted envejece cuando cesa de soñar y cuando ha perdido el interés en la vida. Ha envejecido si se ha vuelto irritable, excéntrico, petulante y buscapleitos. Llene su mente con las verdades divinas e irradie la brillantez de su amor. Así es la juventud. Mire hacia delante, pues en todo momento usted está contemplando la vida infinita. Su retiro es una nueva aventura. Tome nuevos estudios, busque un nuevo interés.

    Puede hacer las cosas, que siempre quiso hacer mientras se hallaba ocupado para poder vivir. Póngale atención a vivir la vida. Conviértase en productor y no en prisionero de la sociedad, no esconda su talento bajo un barril. El secreto de la juventud es el amor, alegría, paz interior y sonrisa; "En él está la alegría, en él no hay oscuridad". La sociedad lo necesita. Algunos grandes filósofos, artistas, investigadores, escritores y otros han completado su trabajo siendo mayores de ochenta años. Los frutos de la vejez son amor, alegría, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y temperancia. Usted es hijo de la vida infinita que no tiene fin. Usted es hijo de la Eternidad.

    ¡Usted es Maravilloso!

     

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  • En busca de lo milagroso. Fragmentos de una Enseñanza Desconocida. P. D. Ouspensky

    La búsqueda llevada a cabo por P. D. Ouspensky en Europa, En Egipto y en Oriente de una enseñanza que resolviese para él los problemas del Hombre y del Universo, le llevaron en 1915 a reunirse, en San Petersburgo, con Georges Gurdjieff. (A lo largo de todo el texto de esta obra se hace referencia a Gurdjieff con la letra G. ).

    Principales temas



    Escuelas en Oriente. Selección de la Escuela. “La Lucha de los Magos”. Utilidad y peligro de las drogas. Inestabilidad del hombre. La mecanización del hombre. Los hombres son máquinas. Nadie quiere saber la verdad. Esclavitud de la “consideración”. Las Guerras. Influencias planetarias. La Luna está creciendo. Escapando de la cárcel. Distintas posibilidades en la muerte. Es preciso hacer sacrificios. El conocimiento está limitado. Principio y fin de las culturas. Formación de los cuatro cuerpos. Las retortas y los polvos metálicos. Inmortalidad por tres caminos. Yendo contra la Naturaleza. El cuarto camino. Los distintos centros. El centro del sexo. La humanidad no progresa. Alimento para la luna. El hombre una pluralidad. Sugestión post-hipnótica. Magia budista. El hombre moderno está dormido. El santo estúpido. Siete niveles del hombre. Muchas religiones. Relación entre los mundos. El Absoluto y la creación de los mundos. Nacimiento de la Luna. Posibilidades de liberación. Interpenetración de la materia. Inmortalidad dentro del sistema solar. Decadencia de las religiones. Previsión y creación del futuro. Egoísmo conciente. El automatismo de las masas. El recuerdo de sí mismo. La Ley de las Octavas. Dos clases de sueño. Los cuatro estados de conciencia. El despertar. La necesidad de ayuda. La auto-observación y el proceso alquímico. Como la personalidad domina al hombre. La droga de la “identificación”. La base del auto-engaño. Artificialidad de la moral. Falso amor y falso cristianismo. El Bien y el Mal. Esencia y personalidad. Cadáveres animados. Conocimiento del destino. La barrera del dinero. Las fuerzas que crean los mundos. La materia y sus propiedades cósmicas. Formación de los cuerpos superiores. Los tres alimentos. El principio de la transmutación. Tres grados en le evolución. Caminos errados. La ley de los “milagros”. El tiempo es aliento. El hombre inmortal. El sueño hipnótico en el hombre. El nefasto poder de kundalini. El hombre puede despertar. Formación de grupos preparatorios. Magia negra y magia blanca. El miedo, creador de la mentira. Como se empieza a morir. La mecánica del sexo. La trasmutación. La formación de un Yo permanente. Despierto entre los dormidos. La propia iniciación. La ley de comer y ser comidos. La gran mentira. Las muchas dimensiones cósmicas. El tiempo en los diferentes cosmos. El aliento de Brahma. El despilfarro de energías. El cuerpo sometido a la voluntad. El precio de la verdadera libertad. Autorización para divulgar este sistema. La ciencia de la respiración.

    Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal

     


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  • Hijos de matrix

    David Icke


    “Este libro se ha escrito con el objetivo de reunir las pruebas y antecedentes del control extraterrestre, intraterrestre e interdimensional que domina el planeta Tierra durante miles de años hasta el día de hoy, intentando presentar la imagen más clara posible de las fuerzas que diariamente manipulan y dirigen las vidas del género humano. Los linajes que hoy controlan el mundo y nuestras vidas son los mismos que dominaron Lemuria, la Atlántida, Sumeria, Egipto, Babilonia, el imperio romano, el británico y los demás imperios europeos. Ellos son los presidentes de los Estados Unidos, los primeros ministros, las familias que controlan bancos y empresas, los propietarios de los medios de comunicación y aquellos que controlan el ejército. Hemos sido dominados por la misma tribu entrecruzada de híbridos extraterrestres o intraterrestres, los nefilium, durante miles de años y ahora estamos enfrentándonos a un momento crucial de su vasto plan”

    Aunque David Icke, ex-periodista de la BBC, conferenciante internacional, investigador y divulgador controvertido y comprometido y coguionista de la película Matrix, ya cuenta con más de 20 libros editados en inglés y varios de ellos circulan en castellano por internet en PDF, es la primera vez que una editorial se ha lanzado a publicar una de sus obras en español.

    “Los hijos de Matrix: cómo una raza interdimensional controla el mundo desde hace miles de años” es el libro que explica y resume todas las teorías y planteamientos de este autor en materia de historia y política no oficial, origen del ser humano, naturaleza y capacidades ocultas y panoramas de futuro. Aunque en inglés salió hace unos años, esta es una versión actualizada en el 2010 que será presentada al público* el día anterior al evento multitudinario de David Icke en Barcelona, la conferencia de 8 horas donde explicará todos esos temas y más.

    La impactante portada donde vemos un humano reptiloide (al estilo de la película “V”) es exactamente lo que se ve, una declaración de cohabitación en la Tierra desde hace miles de años de fuerzas interdimensionales, extra e intraterrestres, que han dominado el planeta y su funcionamiento desde el principio.

    Según los expertos en estos temas (David Icke es uno más de otros historiadores y divulgadores disidentes que suman exopolítica con arqueología como Zecharia Sitchin, Sixto Paz, Drunvalo Melchizedek, Nassim Haramein, …), hay evidencias históricas en todas las civilizaciones dela existencia de la raza reptil, entre otras, y de su influencia hasta la actualidad, pero son entidades interdimensionales con capacidad de metamorfosearse y aparentar físico humano normal.

    El documental “Reptelianos: La Hermandad de la serpiente” -que no es de David Icke ni le mencionan- muestra ejemplos de estas razas en las tablillas sumerias, jeroglíficos egipcios, culturas nativas norte y centro americanas, China, textos hindúes, … Explican que según la historia antigua, el Imperio Sumerio nació tras la invasión de extraterrestres invasores, los Annunaki, que manipularon genéticamente al ser humano y también crearon una raza híbrida humana-reptil, los nefilim, que desde entonces gobiernan la tierra a través de la realeza y la clase política dirigente, y que la Biblia los describe como los “Elohim”.

    En cualquier caso, esta nueva versión de la historia, política y economía mundial no está saliendo a la luz para desmoralizar a la humanidad sino para todo lo contrario.

    Además de aportar transparencia al pasado, David Icke no se cansa de proclamar que formamos parte de una vida mayor que la que apreciamos con nuestros sentidos y de la que participamos en esta dimensión y trata de que las personas se liberen de la esclavitud social y cultural.

    Para salir de Matrix, primero hay que saber que se está dentro, y sus conferencias se titulan “La revolución pacífica” como llamamiento a despertar y actuar desde una alta vibración a favor de un mundo mejor y diferente.

    “La manipulación reptil va a llegar a un punto y final, pero no es tan simple como sentarse a mirar y esperar a que esto suceda. Todos tenemos mucho que aportar y cuanto más lo hagamos, menos traumática será esta transformación cuando el mundo cambie de su manifestación desde la “desunión” a una manifestación de equilibrio y armonía”

    “Este mundo ha sido creado como lo experimentamos por miles de millones de personas diciendo cada día: ¿qué haría en mi propio interés? Una vez empecemos a decidir ¿qué haría en lealtad a mi propia conciencia?, las acciones cambiarán y el mundo cambiará. Ahora estamos en una bifurcación, es el momento de abrir nuestros ojos y nuestras mentes (…) Esta vida es un viaje, una lección entre el miedo y el amor. Si nos gobierna el corazón seremos libres para gobernarnos nosotros mismos”

    David Icke
    www.davidicke.com
    https://www.tonse.com/files/FA020/histchr2.htm

     


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  • La Caída de la Humanidad...


    La "Caída" es la historia de la toma del poder por parte de los seres Reptilianos, cuando a la Tierra entera se le conocía como el Edén. La verdadera identidad de la "Serpiente" del Edén está ligada a la venida de los seres reptilianos. El evento referido como la mordida del fruto del "Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal" es una figura alegórica que describe un proceso de implantación de limitaciones cognoscitivas por medios genéticos. En la estructura medular del ADN existe una enzima relacionada con el elemento carbono.

    Por medio del uso de ondas de luz intensificadas fue posible suprimir los primeros diez factores del ADN humano, que fueron virtualmente vaporizados. Como resultado de esto se dieron una serie de cambios morfológicos, incluyendo el desarrollo del llamado "Cerebro reptiliano" o cerebelo.

    La propensión hacia la manifestación de sentimientos tales como los celos, envidia, ira, codicia, fue implantada de manera artificial, y esto es lo que se conoce en los registros bíblicos como la "marca" de Caín. Los seres reptilianos hicieron alteraciones genéticas a la humanidad con la finalidad de consolidar su posición de dominancia dentro de la cadena alimenticia cósmica.

    Los demonios reptilianos se alimentan de nuestras emociones negativas, tales como; El miedo, la ansiedad, la ira, la envidia, etc., y en grado extremos crean una acumulación de energía que es de naturaleza negativa y que los alimenta; ellos derivan de allí una especie de combustible energético que les sirve de sustento y que representa una de las formas de nutrición basadas en su particular estructura metabólica.

    No los alimentas más!! Mantén pensamientos y emociones positivas, Ama a tu prójimo como a ti mismo (En este caso yo puedo añadir que en la vida me encontré con las personas que por su comportamiento no puedo amar. He pedido que Dios me perdona por eso. Pero puedo respetar. GloriaV) ¡Cree en Dios porque si existe!

    Jesús El Cristo, Hijo del Dios de Dioses del Universo, bajo a la tierra, murió crucificado y resucito para sacarnos de esta "Matrix holográfica reptiliana". Si crees en Jesús El Cristo y confiesas con tu boca que es El Hijo del Dios vivo, serás liberado para siempre de esta prisión vibracional, serás libre y volverás a ser un Ser hiperdimensional.



     


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  • Anna Forés Miravalles y Jordi Grané Ortega

    Anna Forés Miravalles es Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación y Licenciada en Pedagogía por la Universidad de Barcelona. Miembro de varios grupos de investigación, es también Profesora invitada en diversas universidades.
    Jordi Grané Ortega es Licenciado en Filosofía y Magíster en Gestión Pública y en Sociología por la Universidad Autónoma de Barcelona.
    Ambos son expertos en el estudio de la resiliencia, siendo autores de varias publicaciones sobre el tema. Imparten conferencias y talleres de resiliencia, entre otras temáticas.
    La resiliencia es resistir, superar los obstáculos, aprender de los errores con humor. Es una cualidad humana inmensa, llena de matices. La mejor manera de explicarla es a través de las historias personales de personas resilientes: el ciclista Lance Armstrong o algunos supervivientes de los campos de concentración, por ejem plo. Este libro desarrolla todas las características de una virtud que nos puede ayudar a vivir mejor e incluso a dar sentido a nuestra vida.

    A la Resiliencia pertenece la cita “Toda dificultad encierra una oportunidad”.

     


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  • La enfermedad como camino
    T. Dethlefsen, R. Dahlke

    Segunda parte

    La enfermedad y su significado

    Tú dijiste:
    – ¿Cuál es la señal del camino, oh derviche?
    – Escucha lo que te digo
    y, cuando lo oigas, ¡medita!
    Ésta es para ti la señal:
    la de que, aunque avances,
    verás aumentar tu sufrimiento.
    Fariddin Attar

    I. La infección

    La infección representa una de las causas más frecuentes de los procesos de enfermedad en el cuerpo humano. La mayoría de los síntomas agudos son inflamaciones, desde el resfriado hasta el cólera y la viruela, pasando por la tuberculosis. En la terminología latina, la terminación «–itis» revela proceso inflamatorio (colitis, hepatitis, etc.). Por lo que se refiere a infecciones, la moderna medicina académica ha cosechado grandes éxitos con el descubrimiento de los antibióticos (por ejemplo, la penicilina) y la vacunación. Si antiguamente la mayoría de personas morían de infección, hoy, en los países dotados de buena sanidad, las muertes por infección sólo se dan en casos excepcionales. Esto no quiere decir que actualmente haya menos infecciones sino únicamente que disponemos de buenas armas para combatirlas.

    Si esta terminología (por cierto, habitual) resulta al lector un tanto «bélica», recuérdese que en el proceso inflamatorio se trata realmente de una «guerra en el cuerpo»: una fuerza de agentes enemigos (bacterias, virus, toxinas) que adquiere proporciones peligrosas es atacada y combatida por el sistema de defensas del cuerpo. Esta batalla la experimentamos nosotros en síntomas tales como hinchazón, enrojecimiento, dolor y fiebre. Si el cuerpo consigue derrotar a los agentes infiltrados, se ha vencido la infección. Si ganan los invasores, el paciente muere. En este ejemplo, es fácil hallar la analogía entre inflamación y guerra. Sin que exista relación causal entre una y otra, ambas muestran, empero, la misma estructura interna y en las dos se manifiesta el mismo principio, aunque en distinto plano.

    El idioma refleja claramente esta íntima relación. La palabra inflamación contiene la «llama» que puede hacer explotar el barril de pólvora. Se trata de imágenes que utilizamos también al referirnos a conflictos armados. La situación se inflama, se prende fuego a la mecha, se arroja la antorcha, Europa quedó envuelta en llamas, etc. Con tanto combustible, más tarde o más temprano se produce la explosión por la que se descarga lo acumulado, como observamos no sólo en la guerra, sino también en nuestro cuerpo cuando se nos revienta un grano, sea pequeño o grande.
    Para nuestro razonamiento, trasladaremos la analogía a otro plano: el psíquico. También una persona puede explotar. Pero con esta expresión no nos referimos a un absceso sino a una reacción emotiva por la que trata de liberarse un conflicto interior. Nos proponemos contemplar sincrónicamente los tres planos «mente–cuerpo–naciones» para apreciar su exacta analogía con «conflicto–inflamación–guerra», la cual encierra ni más ni menos que la clave de la enfermedad.
    La polaridad de nuestra mente nos coloca en un conflicto permanente, en el campo de tensión entre dos posibilidades. Constantemente, tenemos que decidirnos (en alemán, ent-scheiden, expresión que originariamente significa «desenvainar»), renunciar a una posibilidad, para realizar la otra. Por lo tanto, siempre nos falta algo, siempre estamos incompletos. Dichoso el que pueda sentir y reconocer esta constante tensión, esta conflictividad, ya que la mayoría se inclinan a creer que, si un conflicto no se ve, no existe. Es la ingenuidad que hace pensar al niño que puede hacerse invisible sólo con cerrar los ojos. Pero a los conflictos les es indiferente ser percibidos o no: ellos están ahí. Pero cuando el individuo no está dispuesto a tomar consciencia de sus conflictos, asumirlos y buscar solución, ellos pasan al plano físico y se manifiestan como una inflamación. Toda infección es un conflicto materializado. El enfrentamiento soslayado en la mente (con todos sus dolores y peligros) se plantea en el cuerpo en forma de inflamación.

    Examinemos este proceso en los tres planos de inflamación–conflicto–guerra:
    1. Estimulo: penetran los agentes. Puede tratarse de bacilos, virus o venenos (toxinas). Esta penetración no depende tanto —como creen muchos profanos— de la presencia de los agentes como de la predisposición del cuerpo a admitirlos. En medicina, se llama a esto falta de inmunidad. El problema de la infección no consiste tanto —como creen los fanáticos de la esterilización— en la presencia de agentes como en la facultad de convivir con ellos. Esta frase puede aplicarse casi literalmente al plano mental, ya que tampoco aquí se trata de hacer que el individuo viva en un mundo estéril, libre de gérmenes, es decir, de problemas y de conflictos, sino de que sea capaz de convivir con ellos. Que la inmunidad está condicionada por la mente se reconoce incluso en el campo científico, donde se está profundizando en las investigaciones del estrés.
    De todos modos, es mucho más impresionante observar atentamente estas relaciones en uno mismo. Es decir, el que no quiera abrir la mente a un conflicto que le perturbaría, tendrá que abrir el cuerpo a los agentes infecciosos. Estos agentes se instalan en determinados puntos del cuerpo, llamados loci minoris resistentiae, considerados por la medicina académica como debilidades congénitas. El que sea incapaz de pensar analógicamente, al llegar a este punto se embarullará en un conflicto teórico insoluble. La medicina académica limita la propensión de determinados órganos a las infecciones a estos puntos débiles congénitos, lo cual, aparentemente, descarta cualquier otra interpretación. De todos modos, a la psicosomática siempre le intrigó que determinado tipo de problemas se relacionaran siempre con los mismos órganos, actitud que rebate la teoría de la medicina académica de los loci minoris resistentiae.
    De todos modos, esta aparente contradicción se deshace rápidamente cuando contemplamos la batalla desde un tercer ángulo. El cuerpo es expresión visible de la conciencia como una casa es expresión visible de la idea del arquitecto. Idea y manifestación se corresponden, como el positivo y el negativo de una fotografía, sin ser lo mismo. Cada parte y cada órgano del cuerpo corresponde a una determinada zona psíquica, una emoción y una problemática determinada (en estas correspondencias se basan, por ejemplo, la fisionomía, la bioenergética y las técnicas del psicomasaje). El individuo se encarna en una conciencia cuyo estadio es producto de lo aprendido hasta el momento. La conciencia trae consigo un determinado modelo de problemas cuyos retos y soluciones configurarán el destino, porque carácter + tiempo = destino. El carácter no se hereda ni es configurado por el entorno sino que es «aportado»: es expresión de la conciencia, es lo que se ha encarnado.
    Este estadio de la conciencia, con las específicas constelaciones de problemas y misiones, es lo que la astrología representa simbólicamente en el horóscopo mediante la medición del tiempo. (Para más información, véase Schicksal als Chance.) Pero, puesto que el cuerpo es expresión de la conciencia, también él lleva el modelo correspondiente. Es decir, que determinados problemas mentales tienen su contrapartida corporal u orgánica en una determinada predisposición. Es un método análogo el que utiliza, por ejemplo, el diagnóstico del iris, aunque hasta ahora no se ha tomado en consideración una posible correlación psicológica.
    El locus minoris resistentiae es ese órgano que siempre tiene que asumir el proceso de aprendizaje en el plano corporal cuando el individuo no presta atención al problema psíquico que corresponde a ese órgano. El tipo de problema que corresponde a cada órgano es algo que nos proponemos aclarar paso a paso en este libro. El que conoce esta correspondencia aprecia una nueva dimensión en cada proceso patológico, dimensión que escapa a los que no se atreven a liberarse del sistema filosófico causal. Ahora bien, examinando el proceso inflamatorio en sí, sin asociarlo a un órgano determinado, vemos que en la primera fase (estímulo) los agentes penetran en el cuerpo. Este proceso corresponde, en el plano psíquico, al reto que supone un problema. Un impulso que no hemos atendido hasta ahora penetra a través de las defensas de nuestra conciencia y nos ataca. Inflama la tensión de una polaridad que, desde ahora, nosotros experimentamos conscientemente como conflicto. Si nuestras defensas psíquicas funcionan muy bien, el impulso no llega a nuestra conciencia, somos inmunes al desafío y, por lo tanto, a la experiencia y al desarrollo.
    También aquí impera la disyuntiva de la polaridad: si renunciamos a la defensa en la conciencia, la inmunidad física se mantiene, pero si nuestra conciencia es inmune a los nuevos impulsos, el cuerpo quedará abierto a los atacantes. No podemos sustraernos al ataque, sólo podemos elegir el campo. En la guerra, esta primera fase del conflicto corresponde a la penetración del enemigo en un país (violación de frontera). Naturalmente, el ataque atrae sobre los invasores toda la atención política y militar —todos se movilizan, concentran sus energías en el nuevo problema, forman un ejército, buscan aliados—; en suma, todos los esfuerzos se dirigen al foco del conflicto. En lo corporal, a este proceso se le llama:

    2. Fase de exudación: los atacantes se han introducido y formado un foco de inflamación. De todas partes afluye el líquido y experimentamos hinchazón de los tejidos y tensión. Si durante esta segunda fase observamos el conflicto en el plano psíquico, veremos que también en él aumenta la tensión. Toda nuestra atención se centra en el nuevo problema —no podemos pensar en otra cosa—, nos persigue de día y de noche —no sabemos hablar de nada más—, todos nuestros pensamientos giran sin parar en torno al problema. De este modo, casi toda nuestra energía psíquica se concentra en el conflicto: literalmente, lo alimentamos, lo hinchamos hasta que se alza ante nosotros como una montaña inaccesible. El conflicto ha inmovilizado todas nuestras fuerzas psíquicas.

    3. Reacción defensiva: el organismo fabrica unos anticuerpos específicos para cada tipo de atacantes (anticuerpos producidos en la sangre y en la médula). Los linfocitos y los granulocitos construyen una pared alrededor de los atacantes, los cuales empiezan a ser devorados por los macrófagos. Por lo tanto, en el plano corporal, la guerra está en su apogeo: los enemigos son rodeados y atacados. Si el conflicto no puede resolverse localmente, se impone la movilización general: todo el país va a la guerra y pone su actividad al servicio de la conflagración. En el cuerpo experimentamos esta situación como

    4. Fiebre: las fuerzas defensivas destruyen a los atacantes, y los venenos que con ello se liberan producen la reacción de la fiebre. En la fiebre, todo el cuerpo responde a la inflamación local con una subida general de la temperatura. Por cada grado de fiebre se duplica el índice de actividad del metabolismo, de lo que se deduce en qué medida la fiebre intensifica los procesos defensivos. Por ello la sabiduría popular dice que la fiebre es saludable. La intensidad de la fiebre es, pues, inversamente proporcional a la duración de la enfermedad. Por lo tanto, en lugar de combatir pusilánime y sistemáticamente cualquier aumento de la temperatura, deberíamos restringir el uso de antitérmicos a los casos en los que la fiebre alcance proporciones peligrosas para la vida del paciente.
    En el plano psíquico, el conflicto, en esta fase, absorbe toda nuestra atención y toda nuestra energía. La similitud entre la fiebre corporal y la excitación psíquica es evidente, por lo que también hablamos de expectación o de angustia febril. (La célebre canción «pop» Fever expresa la ambivalencia de la palabra.) Así, cuando nos excitamos sentimos calor, se aceleran los latidos del corazón, nos sonrojamos (tanto de amor como de indignación...), sudamos de excitación y temblamos de ansiedad. Ello no es precisamente agradable, pero sí saludable. Porque no es sólo que la fiebre sea saludable, es que más saludable aún es afrontar los conflictos —a pesar de lo cual la gente trata de bajar la fiebre y de sofocar los conflictos— y, además, se ufana de practicar la represión. (Si la represión no resultara tan divertida...)



     


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  • 6. Muerte: también puede ocurrir que venzan los invasores, lo cual produce la muerte del paciente. El que nosotros consideremos nefasto este resultado se debe exclusivamente a nuestra parcialidad; es como en el fútbol: todo depende de con qué equipo se identifica uno. La victoria siempre es victoria, gane quien gane, y también termina la guerra. Y también se celebra el triunfo, pero en el otro lado.

    7. El conflicto crónico: cuando ninguna de las partes consigue resolver el conflicto a su favor, se produce un compromiso entre atacantes y defensas: los gérmenes permanecen en el cuerpo, sin vencerlo (matarlo) pero sin ser vencidos por él (curación en el sentido de la restitutio ad integrum). Es lo que se llama la enfermedad crónica. Sintomáticamente, la enfermedad crónica se manifiesta en un aumento del número de linfocitos y granulocitos, anticuerpos, mayor velocidad de sedimentación de la sangre y décimas de fiebre. La situación no ha podido quedar despejada, en el cuerpo se ha formado un foco que constantemente consume energía, hurtándola al resto del organismo: el paciente se siente abatido, cansado, apático. No está ni enfermo ni sano, ni en guerra ni en paz, sino en una especie de compromiso que, como todos los compromisos del mundo, apesta. El compromiso es el objetivo de los cobardes, de los «tibios» (Jesús dijo: «Me gustaría escupirlos. Sed ardientes o fríos») que siempre temen las consecuencias de sus actos y la responsabilidad que con ellos deben asumir. El compromiso nunca es solución, porque ni representa el equilibrio absoluto entre dos polos ni posee fuerza unificadora. El compromiso significa pugna permanente, estancamiento. Militarmente, es la guerra de posiciones (por ejemplo, la Primera Guerra Mundial) que consume energía y material con lo que debilita y hasta paraliza los restantes aspectos de la vida de la nación, como la economía, la cultura, etc.
    En lo psíquico, el compromiso representa el conflicto permanente. Uno permanece inactivo ante el conflicto, sin valor ni energía para tomar una decisión. Cada decisión supone un sacrificio —en cada caso, sólo podemos hacer o una cosa o la otra— y estos sacrificios necesarios generan ansiedad. Por ello, muchas personas se quedan indecisas ante el conflicto, incapaces de decantarse por uno u otro polo. No hacen más que cavilar cuál puede ser la decisión correcta y cuál, la equivocada, sin comprender que, en el sentido abstracto, nada es correcto ni erróneo, porque, para estar completos y sanos, necesitamos ambos polos, pero dentro de la polaridad, no podemos realizarlos simultáneamente sino uno después del otro. ¡Empecemos, pues, por uno de ellos y decidámonos ya!
    Toda decisión libera. El conflicto crónico consume energía constantemente, provocando en el plano psíquico la consabida abulia, pasividad o resignación. Ahora bien, cuando nos decantamos por uno de los polos del conflicto, inmediatamente percibimos la energía liberada por nuestra elección. Como el cuerpo sale de cada infección fortalecido, así también la mente sale de cada conflicto más despejada, ya que al afrontar el problema ha aprendido algo, al enfrentarse con los polos opuestos uno tras otro, ha ampliado fronteras y se ha hecho más consciente. De cada conflicto extraemos información (toma de conciencia) que, análogamente a la inmunidad específica, permite al individuo que en adelante pueda tratar el problema sin peligro.

    Además, cada conflicto superado enseña a los humanos a afrontar mejor y con más valentía los problemas, lo cual corresponde a la inmunidad no específica del plano físico. Si en lo corporal cada solución exige grandes sacrificios, sobre todo, al adversario, también a la mente las decisiones le cuestan sacrificios, y muchas actitudes y opiniones, muchas convicciones y costumbres deben ser enviadas a la muerte. Porque todo lo nuevo exige la muerte de lo viejo. Como los grandes focos de infección suelen dejar cicatrices en el cuerpo, así también en la psiquis quedan cicatrices que, al mirar atrás, vemos como profundos cortes en nuestra vida.

    Antiguamente, los padres sabían que un niño, después de una enfermedad (todas las enfermedades de la infancia son infecciones), daba un salto en su desarrollo. Al salir de la enfermedad, el niño no es el mismo que antes. La enfermedad le ha hecho crecer. Pero no sólo las enfermedades de la infancia hacen crecer. Como, después de una infección, el cuerpo queda fortalecido, así también el ser humano sale más maduro de cada conflicto. Porque sólo los desafíos le hacen más fuerte y capaz. Todas las grandes culturas nacieron de grandes retos, y el propio Darwin atribuyó la evolución de las especies a la facultad de dominar las condiciones del entorno (¡lo cual no quiere decir que aceptemos el darwinismo!). «La guerra es la madre de todas las cosas», dice Heráclito, y quien comprenda correctamente la frase sabe que expresa una verdad fundamental. La guerra, el conflicto, la tensión entre los polos, genera energía vital, asegurando con ello el progreso y el desarrollo. Estas frases no suenan bien y se prestan a ser mal interpretadas en una época en la que los lobos se envuelven con piel de cordero y presentan sus agresiones reprimidas como amor a la paz.

    Si, paso a paso, hemos comparado el desarrollo de la inflamación con la guerra, es porque queríamos dar al tema el mordiente que acaso impida que se asiente con excesiva facilidad a lo dicho. Vivimos en una época y en una cultura enemigas de los conflictos. El individuo trata de evitar el conflicto en todos los campos, sin advertir que esta actitud impide la toma de conciencia. Desde luego, en el mundo polarizado, los seres humanos no pueden evitar los conflictos con medidas funcionales; pero, precisamente por ello, estas tentativas provocan una desviación cada vez más complicada de las descargas a otros planos cuyas coordinaciones internas casi nadie advierte.

    Nuestro tema, la enfermedad infecciosa, es un buen ejemplo. Si bien en nuestra anterior exposición hemos contemplado en paralelo la estructura del conflicto y la estructura de la inflamación, para señalar su naturaleza común, una y otra nunca (o casi nunca) discurren paralelamente en el ser humano. Lo más frecuente es que uno de los planos sustituya al otro. Si un impulso consigue vencer las defensas de la conciencia y de este modo hacer que el ser humano tome conocimiento de un conflicto, el proceso resolutivo esquematizado tiene lugar únicamente en la conciencia del individuo y, generalmente, la infección somática no se produce. Ahora bien, si el hombre no se abre al conflicto, si rehuye todo aquello que pueda cuestionar su mundo artificialmente sano, entonces el conflicto aflora en el cuerpo y debe ser experimentado en el plano somático como una inflamación.

    La inflamación es el conflicto trasladado al plano material. Pero no por ello debe cometerse el error de restar importancia a las enfermedades infecciosas alegando «yo no tengo conflicto alguno». Precisamente este cerrar los ojos al conflicto conduce a la enfermedad. Para esta indagación hace falta algo más que una mirada superficial: se necesita una sinceridad implacable que suele ser tan incómoda para la conciencia como la infección lo es para el cuerpo. Y es esta incomodidad lo que queremos evitar en todo momento.

    Cierto, los conflictos siempre producen sufrimiento, no importa el plano en el que los experimentemos, ya sea la guerra, la lucha interna o la enfermedad. Bonitos no son. Pero no nos es lícito argumentar sobre hermosura o fealdad, porque cuando reconocemos que no podemos evitar nada, esta cuestión no vuelve a plantearse. Quien no se permite a sí mismo estallar psíquicamente, algo le estalla en el cuerpo (un absceso). ¿Cabe entonces preguntarse qué es más bonito o mejor? La enfermedad nos hace sinceros.

    Sinceros son también, a fin de cuentas, los tan cacareados esfuerzos de nuestra época para evitar los conflictos en todos los órdenes. Después de lo expuesto hasta ahora, vemos a una nueva luz los eficaces esfuerzos realizados para combatir las enfermedades infecciosas. La lucha contra las infecciones es la lucha contra los conflictos, pero en el orden material. Honesto es, por lo menos, el nombre que se dio a las armas: antibióticos. Esta palabra se compone de dos voces griegas, anti = contra y bios = vida. Los antibióticos son, pues «sustancias dirigidas contra la vida». ¡Esto es sinceridad!

    Esta hostilidad de los antibióticos a la vida se funda en dos fases. Si recordamos que el conflicto es el verdadero motor del desarrollo, es decir, de la vida, toda represión de un conflicto es también un ataque contra la dinámica de la vida en sí.

    Pero también en el sentido puramente médico los antibióticos son hostiles a la vida. Las inflamaciones representan unos procesos resolutivos agudos y rápidos que, por medio de la superación, eliminan toxinas del cuerpo. Si estos procesos resolutivos se cortan frecuente y prolongadamente por medio de antibióticos, las toxinas tienen que almacenarse en el cuerpo (principalmente, en los tejidos conjuntivos) lo cual determina el incremento de posibilidades para el proceso canceroso. Es el llamado efecto del cubo de la basura: se puede vaciar el cubo con frecuencia (infección) o acumular la basura dejando que críe una vida propia que acabará por amenazar toda la casa (cáncer). Los antibióticos son sustancias extrañas que el individuo no ha elaborado con su propio esfuerzo y que, por lo tanto, le escamotean los frutos de su enfermedad: la información que proporciona el enfrentamiento. Desde este ángulo cabe examinar también brevemente el tema de la «vacunación». Conocemos dos tipos básicos de vacunación: la inmunización activa y la pasiva. En la inmunización pasiva se inoculan anticuerpos formados en otros cuerpos. Se recurre a esta forma de vacunación cuando la enfermedad ya se ha declarado (por ejemplo, la gamma tetánica contra el vacilo del tétanos). En el plano psíquico, ello correspondería a la adopción de soluciones de problemas convencionales: mandamientos y preceptos morales. El individuo adopta fórmulas ajenas, con lo que evita el conflicto y la experimentación: es una vía cómoda pero estéril.

    En la inmunización activa se inoculan agentes debilitados, a fin de estimular el cuerpo a fabricar anticuerpos por sí mismo. A este grupo pertenecen todas las vacunaciones preventivas, como la antipolio, la antivariólica, la antitetánica, etc. En el terreno psíquico, este método corresponde al ensayo de resolución de conflictos hipotéticos (algo así como las maniobras militares). Muchos sistemas pedagógicos y la mayoría de las terapias de grupo quedan dentro de este campo. Se trata de aprender y asimilar estrategias en casos leves, que capaciten al ser humano a tratar los conflictos más serios con mayor eficacia.

    Estas consideraciones no deben interpretarse como consignas. No se trata de «vacunarse o no vacunarse» ni de «prescindir de los antibióticos». A fin de cuentas, es completamente indiferente lo que haga el individuo, siempre y cuando sepa lo que hace. Lo que buscamos es el conocimiento, no unos mandamientos o prohibiciones prefabricados.

    Se suscita la pregunta de si, básicamente, el proceso de la enfermedad corporal puede sustituir a un proceso psíquico. No es fácil responder a esto, ya que la división entre conciencia y cuerpo es sólo una herramienta de argumentación, pues en la realidad el linde no está muy marcado. Porque aquello que se produce en el cuerpo lo experimentamos también en la conciencia, en la psiquis. Cuando nos golpeamos el dedo con un martillo, decimos: me duele el dedo. Pero ello no es exacto, ya que el dolor está sólo en la mente, no en el dedo. Lo que hacemos es sólo proyectar la sensación psíquica de «dolor» al dedo.

    Precisamente por ser el dolor un fenómeno mental podemos influir en él con tanta eficacia: mediante la distracción, la hipnosis, la narcosis, la acupuntura. (¡El que considere exagerada esta afirmación, recuerde el fenómeno del dolor fantasma!) Todo lo que experimentamos y sufrimos en un proceso de enfermedad física ocurre sólo en nuestra mente. La definición «psíquica» o «somática» se refiere sólo a la superficie de proyección. Si una persona está enferma de amor, proyecta sus sensaciones sobre algo incorpóreo, es decir, el amor, mientras que el que tiene anginas las proyecta en la garganta, pero uno y otro sólo pueden sufrir en la mente. La materia —y, por lo tanto, también el cuerpo— sólo pueden servir de superficie de proyección, pero en sí nunca es el lugar en el que surge un problema y, por consiguiente, tampoco el lugar en el que pueda resolverse. El cuerpo, como superficie de proyección, puede representar un excelente auxiliar para un mejor discernimiento, pero las soluciones sólo puede darlas el conocimiento. Por lo tanto, cada proceso patológico corporal representa únicamente el desarrollo simbólico de un problema cuya experiencia enriquecerá la conciencia. Ésta es también la razón por la que cada enfermedad supone una fase de maduración.

    Es decir, entre el tratamiento corporal y psíquico de un problema se establece un ritmo. Si el problema no puede ser resuelto sólo en la conciencia, entonces entra en funciones el cuerpo, escenario material en el que se dramatiza en forma simbólica el problema no resuelto. La experiencia recogida, una vez superada la enfermedad, pasa a la conciencia. Si, a pesar de las experiencias recogidas, la conciencia sigue siendo incapaz de captar el problema, éste volverá al cuerpo, para que siga generando experiencias prácticas. Esta alternancia se repetirá hasta que las experiencias recogidas permitan a la conciencia resolver definitivamente el problema o el conflicto.

    Podemos representarnos este proceso con la imagen siguiente: un colegial tiene que aprender a calcular mentalmente. Le ponemos una cuenta (problema). Si no puede resolverla mentalmente, le damos una tabla de cálculo (materia). El proyecta el problema en la tabla y, por este medio (y también por la mente) halla el resultado. A continuación le ponemos otra cuenta, que debe resolver sin la tabla. Si no lo consigue, volvemos a darle el medio, y esto se repite hasta que el niño ha aprendido a calcular mentalmente y puede prescindir de la ayuda material de la tabla. En realidad, la operación se hace siempre en la mente, nunca en la tabla, pero la proyección del problema sobre el plano visible facilita el aprendizaje.

    Si me extiendo tanto sobre este particular es porque de la buena comprensión de esta relación entre el cuerpo y la mente se deriva una consecuencia que no consideramos sobrentendida: la de que el cuerpo no es el lugar en el que puede resolverse un problema. Sin embargo, toda la medicina académica se orienta hacia este objetivo. Todos miran fascinados los procesos fisiológicos y tratan de curar la enfermedad en el plano corporal.

    Y aquí no hay nada que resolver. Sería como tratar de modificar la tabla de cálculo a cada dificultad que encontrara nuestro colegial. La experiencia humana se produce en la conciencia y se refleja en el cuerpo. Limpiar constantemente el espejo, no mejora al que se mira en él (¡ojalá fuera tan fácil!). En lugar de buscar en el espejo la causa y la solución de todos los problemas reflejados en él, debemos utilizarlo para reconocernos a nosotros mismos.

    Infección = Un conflicto mental que se hace material
    La persona propensa a las inflamaciones trata de rehuir los conflictos.
    En caso de enfermedad infecciosa, conviene hacerse las siguientes preguntas:
      1. ¿Qué conflicto hay en mi vida, que yo no veo?
      2. ¿Qué conflicto rehuyo?
      3. ¿Qué conflicto me niego a reconocer?

         Para hallar el tema del conflicto, debe estudiarse

           atentamente el simbolismo del órgano

            o parte del cuerpo afectada.

     


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  • II. El sistema de defensas


    Defender equivale a rechazar. El polo opuesto de rechazar es amar. Se ha definido el amor desde multitud de ángulos y en los planos más diversos, pero cada forma de amor puede reducirse al acto de dar acogida. En el amor, el ser humano abre barreras y deja entrar algo que estaba fuera de ellas. A estas barreras solemos llamar Yo (ego) y todo aquello que queda fuera de la propia identificación es para nosotros Tú (el otro). En el amor, esta barrera se abre para admitir a un Tú que, con la unión, se convertirá en Yo. Allí donde ponemos una barrera rechazamos y donde quitamos la barrera amamos. Desde Freud utilizamos la expresión de «mecanismo de defensa» para designar los resortes de la conciencia que impiden la penetración de elementos amenazadores procedentes del subconsciente.

    Aquí conviene insistir en la ecuación microcosmos = macrocosmos, ya que todo repudio o rechazo de una manifestación procedente del entorno es siempre expresión externa de un rechazo psíquico interno. Todo rechazo consolida nuestro ego, ya que acentúa la separación. Por ello al ser humano la negación le resulta considerablemente más grata que la afirmación. Cada «no», cada resistencia, nos permite sentir nuestra frontera, nuestro Yo, mientras que, en cada «comunión» esta frontera se difumina: no nos sentimos a nosotros mismos. Es difícil expresar con palabras lo que son los mecanismos de defensa, ya que sólo se puede describir aquello que se reconoce, por lo menos, en otras personas. Los mecanismos de defensa son la suma de todo lo que nos impide ser perfectos y completos. En teoría es fácil definir en qué consiste el camino de la iluminación: en todo lo bueno. Comulga con todo lo que es y serás uno con todo lo que es. Éste es el camino del amor.

    Cada «sí, pero...» es una defensa que nos impide conseguir la unidad. Ahora empiezan las pintorescas estratagemas del ego que, en su afán de separación, no se priva de esgrimir las más piadosas, hábiles y nobles teorías. Y así le hacemos el juego al mundo.

    Los espíritus sagaces aducirán que, si todo lo que es, es bueno, también la defensa tiene que serlo. Desde luego, lo es, pues nos hace experimentar tanta fricción en un mundo polarizado que, para seguir adelante, no tenemos más remedio que discriminar, pero, a lo sumo, no es más que una ayuda que, al ser utilizada, se obvia a sí misma. En el mismo sentido se justifica también la enfermedad a la que nosotros deseamos transmutar en salud cuanto antes.

    Como las defensas psíquicas apuntan contra elementos del subconsciente catalogados de peligrosos y que, por lo tanto, tienen vedado el paso a la conciencia, así las defensas físicas se orientan contra enemigos «externos», llamados agentes patógenos o toxinas. Estamos tan acostumbrados a manejar despreocupadamente unos sistemas de valores montados por nosotros mismos que hemos llegado a convencernos de que son patrones absolutos. Pero en realidad no hay más enemigo que aquel al que nosotros declaramos como tal. (Basta leer a los distintos apóstoles de la dietética para descubrir los más diversos criterios en el señalamiento de enemigos. Los mismos alimentos que un método tacha de absolutamente perniciosos, otro los califica de muy saludables. La dieta que nosotros recomendamos es: leer atentamente todos los libros de dietética y comer lo que a uno le apetezca.) Hay ciertas personas que se dejan impresionar de tal modo por este subjetivo señalamiento de enemigos que no tenemos más remedio que declararlas enfermas: nos referimos a los alérgicos.

    Alergia: la alergia es una reacción exagerada a una sustancia que reconocemos como nociva. Desde luego, la actuación del sistema de defensas del organismo está justificada cuando se trata de supervivencia. El sistema inmunizador del cuerpo produce anticuerpos para combatir los antígenos*, con lo que proporciona una defensa contra invasores hostiles, lo cual, fisiológicamente, es irreprochable. En los alérgicos, esta defensa, en sí encomiable, se desorbita. El alérgico construye un gran parapeto y constantemente alarga la lista de sus enemigos. Cada vez son más numerosas las sustancias consideradas nocivas y, por lo tanto, hay que fabricar más armas para mantener a raya a tantísimo enemigo. Ahora bien, como en el terreno militar el armamento siempre denota agresividad, así también la alergia es expresión de una actitud defensiva y agresiva que ha sido reprimida y obligada a pasar al cuerpo. El alérgico tiene problemas de agresividad que, en la mayoría de casos, no reconoce y, por lo tanto, no puede asumir.

    (Para evitar malas interpretaciones, recordemos que al hablar de un aspecto psíquico reprimido nos referimos al que no es conscientemente reconocido por el individuo. Puede ser que la persona viva plenamente este aspecto sin reconocer en sí mismo tal propiedad. Pero también, que la propiedad haya sido reprimida de modo tan absoluto que la persona no la viva. Por lo tanto, la represión puede existir tanto en un sujeto agresivo como en el más manso de los mortales.)

    En el alérgico, la agresividad es trasladada de la conciencia al cuerpo y aquí se expansiona a placer con ataques, defensas, forcejeos y victorias. Para que la diversión no termine por falta de enemigos, se declara la guerra a las cosas más inofensivas: el polen de las flores, el pelo de los gatos o de los caballos, el polvo, los artículos de limpieza, el humo, las fresas, los perros o los tomates. La variedad es ilimitada: el alérgico no respeta nada, es capaz de luchar contra todo y contra todos, si bien, generalmente, da preferencia a ciertos elementos cargados de simbolismo.

    Es sabido que la agresividad casi siempre va ligada al miedo. Sólo se combate lo que se teme. Si examinamos atentamente los alergenos** elegidos, en casi todos los casos, descubriremos enseguida cuáles son los temas que atemorizan al alérgico de tal modo que tiene que combatirlos encarnecidamente en el símbolo. En primer lugar, está el pelo de los animales domésticos, especialmente el de los gatos. Al pelo del gato (y a cualquier pelo) suelen asociarse las caricias y los arrumacos: es fino, sedoso, blando, y, no obstante, «animal». Es un símbolo del amor y tiene una connotación sexual (véanse los animales de felpa que los niños se llevan a la cama). Algo parecido puede decirse de la piel del conejo. En el caballo está más acentuado el componente sensual y, en el perro, el agresivo; pero las diferencias son pequeñas, insignificantes, ya que un símbolo nunca tiene límites muy marcados.

    El mismo tema es representado por el polen de las flores, alergeno predilecto de los que sufren la fiebre del heno. El polen es símbolo de fertilidad y procreación, y la «grávida» primavera es la estación en la que los enfermos de fiebre del heno más «padecen». Las pieles de los animales y el polen actuando como alergenos indican que los temas de «amor», «sexualidad», «libido» y «fertilidad» suscitan ansiedad y, por lo tanto, son activamente rechazados, es decir, no son admitidos.

    * Un antígeno es una sustancia extraña, generalmente una proteína, que es capaz de estimular el sistema inmunizador. (N. del T.)
    ** Alergeno es el antígeno de una reacción alérgica. (Alergia = reactividad alterada por hipersensibilidad. (N. del T.)
    Algo similar ocurre con el miedo a la suciedad, la inmundicia, la impureza, que se manifiesta en la alergia al polvo doméstico. (Recordar expresiones como: chiste guarro, sacar los trapos sucios, llevar una vida limpia, etc.). El alérgico trata de evitar con el mismo empeño los alergenos y las situaciones asociadas con ellos, en lo cual le ayudan de buen grado una medicina comprensiva y el entorno. Nadie se resiste al despotismo del enfermo: los animales domésticos son eliminados, no se puede fumar en su presencia, etc. En esta tiranía sobre el entorno, el alérgico encuentra un campo de actividad que le permite desahogar insensiblemente sus agresiones reprimidas.

    El método de la «desensibilización» es bueno en sí, pero, para obtener buenos resultados, habría que aplicarlo no al plano corporal sino al psíquico. Porque el alérgico sólo hallará la curación cuando aprenda a afrontar conscientemente todo aquello que evita y rechaza, y asimilarlo en su conciencia. Al alérgico no se le hace ningún favor ayudándole en su estrategia defensiva: él tiene que reconciliarse con sus enemigos, aprender a quererlos. Que los alergenos ejercen exclusivamente un efecto simbólico y nunca un efecto material o químico es algo que debe quedar perfectamente claro, incluso para el materialista más empedernido, cuando comprenda que una alergia, para manifestarse, necesita el concurso de la mente. Por ejemplo, en la narcosis no hay alergia, igualmente, durante una psicosis, desaparecen todas las alergias. A la inversa, incluso la simple imagen, como por ejemplo la fotografía de un gato o la secuencia de una locomotora que echa humo en una película desencadenan el ataque en el asmático. La reacción alérgica es absolutamente independiente de la materia de los alergenos.

    La mayoría de los alergenos sugieren vitalidad: sexualidad, amor, fertilidad, agresividad, suciedad: en todos estos campos la vida se muestra en su forma más activa. Pero precisamente esta vitalidad que exige una expresión infunde miedo en el alérgico. Y es que su actitud es contraria a la vida. Su ideal es una vida estéril, sin gérmenes, exenta de sensualidad y agresiones: estado que apenas merece el nombre de «vida». Por consiguiente, no sorprende que en muchos casos las alergias puedan degenerar en autoagresiones que llegan a ser mortales, en las que el cuerpo de estos individuos, ¡ay!, tan delicados, libra largas y encarnizadas batallas en las que acaba por sucumbir. Entonces la resistencia, la autoexclusión, el autoencapsulado alcanza su forma suprema y su plena realización en el ataúd, cámara exenta de todo alergeno.


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  • Respiración = Asimilación de la vida


    En las enfermedades respiratorias, procede hacerse las siguientes preguntas:
    1. ¿ Qué me impide respirar?
    2. ¿Qué es lo que no quiero admitir?
    3. ¿Qué es lo que no quiero expulsar?
    4. ¿Con qué no quiero entrar en contacto?
    5. ¿Tengo miedo de dar un paso en una nueva libertad?

    Asma bronquial

    Después de las consideraciones de carácter general hechas acerca de la respiración, deseamos examinar especialmente el cuadro del asma bronquial, afección que siempre fue exponente de las manifestaciones psicosomáticas. «Se llama asma bronquial a una disnea que se presenta en forma de acceso, caracterizada por una espiración sibilante. Se produce un estrechamiento de los bronquios y bronquiolos que puede estar provocada por un espasmo de la musculatura plana, una inflamación de las vías respiratorias y la congestión y secreción de la mucosa» (Brautigam).
    El ataque de asma es experimentado por el paciente como un ahogo mortal, el enfermo trata de sorber el aire, jadea y la espiración queda muy dificultada. En el asmático coinciden varios problemas que, a pesar de su afinidad, examinaremos por separado, por motivos didácticos.

    1. Tomar y dar:

    El asmático trata de tomar demasiado. Inspira profundamente y provoca una excesiva dilatación de los pulmones y un espasmo respiratorio. Uno toma llenándose hasta rebosar y, cuando tiene que dar, llega el espasmo.

    Aquí se ve claramente la perturbación del equilibrio; los polos «tomar» y «dar» deben estar equilibrados, a fin de poder formar un ritmo. La ley de la evolución depende del equilibrio interno: toda acumulación impide la fluidez. El flujo respiratorio es interrumpido en el asmático porque se excede al tomar. Ocurre luego que no sabe dar y entonces no puede volver a tomar lo que tanto ansía. Al inspirar tomamos oxígeno y al espirar expulsamos anhídrido carbónico. El asmático quiere conservarlo todo y con ello se envenena, ya que no puede expulsar lo usado. Este tomar sin dar produce sensación verdadera de asfixia.

    El desequilibrio entre tomar y dar, que de forma tan impresionante se manifiesta en el asma, es un tema que puede aplicarse a muchas personas. Suena muy simple, y, sin embargo, muchos fallan en este punto. Sea lo que fuere lo que uno desea tener—ya sea dinero, fama, ciencia, sabiduría—siempre ha de haber un equilibrio entre el tomar y el dar, o uno se expone a asfixiarse con lo tomado. El ser humano recibe en la medida en que da. Si se suspende el dar, el flujo se interrumpe y tampoco entra nada. ¡ Cuán dignos de compasión son quienes quieren llevarse su saber a la tumba! Guardan avariciosamente lo poco que pudieron adquirir y renuncian a la riqueza que espera a todo el que sabe devolver, transformado, lo que ha recibido. ¡Si la gente pudiera comprender que hay de todo en abundancia para todos!

    Si a alguien le falta algo es sólo porque se autoexcluye. Observemos al asmático: él ansía el aire, a pesar de que aire hay tanto. Pero los hay ansiosos.

    2. El deseo de inhibirse:

    El asma puede provocarse experimentalmente en cualquier individuo haciéndole inspirar gases irritantes, como amoníaco, por ejemplo. A partir de una determinada concentración, en el individuo se produce una reacción de protección, mediante la coordinación de varios reflejos, a saber: inmovilización del diafragma, broncoconstricción y secreción de mucosidad. Es el llamado reflejo de Kretschmer que consiste en un bloqueo para impedir la entrada a algo que viene de fuera. Ante el amoníaco el reflejo es saludable; pero en el asmático se produce con un estímulo mucho más débil. El asmático percibe las sustancias más inofensivas del entorno como peligrosas para la vida y se cierra inmediatamente a ellas. En el capítulo anterior hemos hablado extensamente del significado de la alergia, por lo que aquí será suficiente recordar el tema de rechazo y el temor. Y es que el asma suele estar íntimamente ligada a una alergia.

    Asma, en griego, significa «estrechez de pecho», estrecho, en latín, es angustus, voz que recuerda la palabra alemana Angst (miedo). Encontramos también angustus en angina (inflamación de las amígdalas) y en angina pectoris (contracción dolorosa de las arterias del corazón). Es de observar que la estrechez o contracción tiene relación con el miedo. La contracción asmática tiene también mucho que ver con el miedo, con el miedo a admitir ciertos aspectos de la vida, a los que también nos referimos al hablar de los alergenos. El afán de cerrarse persiste en el asmático hasta alcanzar su punto culminante en la muerte. La muerte es la última posibilidad de cerrarse, de encapsularse, de aislarse de lo vivo. (A este respecto puede ser interesante la siguiente observación: se puede enfurecer fácilmente a un asmático diciéndole que su asma no es peligrosa y que nunca podrá causarle la muerte. ¡Y es que para él tiene mucha importancia la malignidad de su enfermedad!)

    3. Afán de dominio e insignificancia:

    El asmático tiene un gran afán de dominio que él no reconoce y que, por lo tanto, es transmitido al cuerpo en el que se manifiesta en la «soberbia» del asmático. Esta soberbia muestra claramente la arrogancia y la megalomanía que él ha reprimido cuidadosamente en su conciencia. Por ello gusta de evadirse a lo ideal y formalista. Pero si el asmático se enfrenta con el afán de poder y dominio de otro (la ley del símil) el miedo se le pone en los pulmones y le deja sin habla: el habla que precisamente es modulada por la espiración—. El asmático no puede exhalar: se le corta la respiración.

    El asmático se sirve de sus síntomas para ejercer el poder sobre su entorno. Los animales domésticos han de ser eliminados, no puede haber ni una mota de polvo, prohibido fumar, etc.

    Este afán de dominio alcanza su punto culminante durante los peligrosos ataques, los cuales se manifiestan precisamente cuando se llama la atención del asmático sobre su afán de dominio. Estos ataques chantajistas son muy peligrosos para el propio enfermo, ya que suponen un peligro de muerte. Es impresionante comprobar cómo puede llegar a perjudicarse un enfermo, con tal de dominar. En psicoterapia se ha observado que el ataque suele ser el último recurso cuando el enfermo se siente muy cerca de la verdad.

    Pero ya esta proximidad entre el afán de dominio y la autoinmolación nos hace percibir algo de la ambivalencia de este afán de dominio que se vive inconscientemente. Porque, a medida que aumenta esta pretensión de poder, que se adquieren más ínfulas, crece también el polo opuesto, es decir, la indefensión, la sensación de insignificancia y desamparo. La aceptación y asimilación consciente de esta insignificancia debería ser tarea obligada del asmático.

    Después de una enfermedad prolongada, el pecho se dilata y robustece. Ello da un aspecto vigoroso, pero limita Ia capacidad respiratoria, a causa de la pérdida de elasticidad. Imposible plasmar el conflicto con más elocuencia: pretensión y realidad.

    En lo de sacar el pecho hay un mucho de agresividad. El asmático no ha aprendido a articular debidamente su agresividad en la fase verbal, pero no puede dar salida a su agresividad con gritos o juramentos y se le queda dentro, en los pulmones. Y estas manifestaciones agresivas regresan al plano corporal y salen a la luz del día en forma de tos y expectoración. Veamos algunas frases hechas: Toser a alguno = escupir en la cara = quedarse sin respiración, del disgusto.

    La agresividad se muestra también en las alergias, la mayoría de las cuales están asociadas al asma.

    4. Rechazo del lado oscuro de la vida.

    El asmático ama lo limpio, lo puro, lo transparente y estéril y evita lo oscuro, profundo y terrenal, lo cual suele expresarse claramente en la elección de los alergenos. Él desea instalarse en el ámbito superior, para no entrar en contacto con el polo inferior. Por lo tanto, suele ser una persona cerebral (la doctrina de los elementos atribuye el aire al pensamiento). La sexualidad, que también corresponde al polo- inferior, la desplaza el asmático hacia arriba, al pecho, estimulando con ello la producción de mucosidad, proceso que en realidad debería estar reservado a los órganos sexuales. El asmático expulsa esta mucosidad (producida demasiado arriba) por la boca, solución cuya originalidad apreciará quien vea la correspondencia existente entre los genitales y la boca (en un capítulo posterior examinaremos más detenidamente este extremo).

    El asmático anhela el aire puro. Le gustaría vivir en la cima de una montaña (deseo que suele concedérsele bajo el nombre de «climaterapia»). Allí se satisface también su afán de dominio: arriba, contemplando desde la cumbre el turbio acontecer del valle sombrío, a distancia segura, elevado en la esfera donde «el aire todavía es puro», situado por encima de las tierras bajas, con sus impulsos y su fecundidad: arriba, en lo alto de la montaña, donde la vida tiene una pureza mineral. Aquí realiza el asmático el ansiado vuelo a las alturas, por obra y gracia de laboriosos climatólogos. Otro lugar recomendado por sus efectos terapéuticos es el mar, con su aire salobre. Y el mismo simbolismo: sal, símbolo del desierto, símbolo de lo mineral, símbolo de la esterilidad. Es el entorno que ansía el asmático, porque de lo vital tiene miedo.

    El asmático es un individuo que tiene sed de amor: quiere amor y por eso inspira tan profundamente. Pero no puede dar amor: tiene dificultad en la espiración.

    ¿Qué puede ayudarle? Al igual que para todos los síntomas, sólo existe una prescripción: toma de conciencia e implacable sinceridad consigo mismo. Cuando una persona ha reconocido sus temores debe acostumbrarse a no evitar las causas del miedo sino afrontarlas hasta poder quererlas y asumirlas. Este necesario proceso se simboliza perfectamente en una terapia que, si bien es desconocida para la medicina académica, suele aplicarla la naturopatía y es uno de los remedios más eficaces contra el asma y alergia. Consiste en inyectar al enfermo la propia orina por vía intramuscular. Vista con una óptica simbólica esta terapia obliga al paciente a readmitir lo que ha expulsado, la propia inmundicia, batallar con ella e integrársela. ¡Esto cura!

    Asma

    Preguntas que debería hacerse el asmático:
    1. ¿En qué aspectos quiero tomar sin dar?
    2. ¿Puedo reconocer conscientemente mi agresividad y qué posibilidades tengo de exteriorizarla?
    3. ¿ Cómo me planteo el conflicto «dominio/desvalimiento»?
    4. ¿Qué aspecto de la vida valoro negativamente y rechazo?
    5. ¿Puedo sentir algo del miedo que se ha parapetado detrás de mi sistema de valoración?
    6. ¿Qué aspectos de la vida trato de evitar, cuáles considero sucios, bajos e inmundos?


    No olvidar: cuando se deja sentir la contracción, ¡es miedo! El único remedio contra el miedo es la expansión. ¡La expansión se consigue dejando entrar lo que se evitaba!

    Resfriados y afecciones gripales

    Antes de abandonar el tema de la respiración, examinaremos brevemente los síntomas del resfriado, el cual afecta principalmente a las vías respiratorias. La gripe, al igual que el resfriado, es un proceso inflamatorio agudo, o sea, expresión de la manipulación de un conflicto. Para hacer nuestra interpretación, no queda sino examinar los lugares y las zonas en los que se manifiesta el proceso inflamatorio. Un resfriado siempre se produce en situaciones críticas, cuando uno está hasta las narices o se le hinchan las narices. Tal vez haya quien considere exagerada la expresión de «situación crítica». Naturalmente, no nos referimos a crisis indecisas, las cuales se manifiestan con símbolos de una importancia proporcionada. Al decir «situaciones críticas» nos referimos a aquellas que, no siendo dramáticas, son frecuentes e importantes para la mente, que nos producen sensación de agobio y nos inducen a buscar un motivo legítimo para distanciarnos un poco de una situación que nos exige demasiado. Dado que momentáneamente no estamos dispuestos a reconocer ni la carga que suponen estas «pequeñas» crisis cotidianas ni nuestros deseos de evasión, se produce la somatización: nuestro cuerpo manifiesta ostensiblemente nuestra sensación de estar hasta las narices permitiéndonos alcanzar nuestro inconfesado objetivo, y con la ventaja de que todo el mundo se muestra muy comprensivo, algo impensable si hubiéramos dirimido el conflicto conscientemente. Nuestro resfriado nos permite apartarnos de la situación molesta y pensar un poco más en nosotros mismos. Ahora podemos ejercitar la sensibilidad corporal.

    Nos duele la cabeza (en estas circunstancias, no se puede pedir a una persona que se meta a resolver problemas), nos lloran los ojos, estamos congestionados, molidos. Esta sensibilización generalizada puede exacerbarse hasta hacer que nos duela «la punta del pelo». Nadie puede acercársenos, nada ni nadie puede rozarnos siquiera. La nariz está tapada y hace imposible toda comunicación (la respiración es contacto, no se olvide). Con la amenaza: «No te acerques, que estoy resfriado», se saca uno a la gente de delante. Esta actitud defensiva puede reforzarse con estornudos, los cuales convierten la espiración en potente arma defensiva. Incluso la palabra queda disminuida como medio de comunicación, por la irritación de la garganta. Desde luego, no permite enfrascarse en discusiones. La tos de perro denota claramente, por su tono áspero, que el placer de la comunicación se reduce, en el mejor de los casos, a toserle a alguno.

    Con tanta actividad defensiva, no es de extrañar que también las amígdalas, que figuran entre las defensas más importantes, echen el resto. Y se inflaman de tal modo que uno casi no puede tragar, estado que debe inducir al paciente a preguntarse qué es en realidad lo que se le ha atragantado. Porque tragar es un acto de admisión, de aceptación. Y esto es precisamente lo que ahora no queremos hacer. Este detalle nos revela la táctica del resfriado en todos los aspectos. El dolor de las extremidades y la sensación de abatimiento de la gripe dificultan los movimientos y, concretamente, el de los hombros puede llegar a transmitir la presión del peso de los problemas que gravita sobre ellos y que uno se resiste a seguir soportando.

    Nosotros tratamos de expulsar una porción de estos problemas en forma de mucosidad purulenta, y cuanta más expulsamos más alivio sentimos. La abundante mucosidad que al principio todo lo obstruía y que congestionó las vías de comunicación debe diluirse a fin de que algo empiece a moverse y a fluir. Por lo tanto, cada resfriado hace que algo vuelva a moverse y marca un pequeño avance en nuestra evolución. La medicina naturista, muy acertadamente, ve en el resfriado un saludable proceso de limpieza por medio del cual se eliminan toxinas del cuerpo; en el plano psíquico, las toxinas representan problemas que también se resuelven y eliminan. Cuerpo y alma salen de la crisis fortalecidos, para esperar la próxima vez que estemos hasta las narices.


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  • Alergia = Agresividad hecha materia


    El alérgico debe hacerse las siguientes preguntas:
    1. ¿Por qué no asumo mi agresividad con la conciencia en vez de obligarla a realizar un trabajo corporal?
    2. ¿Qué aspectos de la vida me infunden tanto miedo que trato de evitarlos por todos los medios?
    3. ¿A qué tema apuntan mis alergenos? Sexualidad, instinto, agresividad, procreación, suciedad, en el sentido del lado oscuro de la vida.
    4. ¿En qué medida me sirvo de mi alergia para manipular mi entorno?
    5. ¿Qué hay de mi capacidad de amar, de mi receptividad?

    III. La respiración

    La respiración es un acto rítmico. Se compone de dos fases, inhalación y exhalación. La respiración es un buen ejemplo de la ley de la polaridad: los dos polos, inspiración y espiración, forman, con su constante alternancia, un ritmo. Un polo depende de su opuesto, y así la inspiración provoca la espiración, etc. También podemos decir que un polo no puede vivir sin el polo opuesto, porque, si destruimos una fase, desaparece también la otra. Un polo compensa el otro polo y los dos juntos forman un todo. Respiración es ritmo, el ritmo es la base de toda la vida. También podemos sustituir los dos polos de la respiración por los conceptos de contracción y relajación. Esta relación de inspiración–contracción y espiración–relajación se muestra claramente cuando suspiramos. Hay un suspiro de inspiración que provoca contracción y un suspiro de espiración que provoca relajación.

    Por lo que se refiere al cuerpo, la función central de la respiración es un proceso de intercambio: por la inspiración el oxígeno contenido en el aire es conducido a los glóbulos rojos y en la espiración expulsamos el anhídrido carbónico. La respiración encierra la polaridad de acoger y expulsar, de tomar y dar. Con esto hemos hallado la simbología más importante de la respiración. Goethe escribió:

    En la respiración hay dos mercedes,
    una inspirar, la otra soltar el aire,
    aquélla colma, ésta refresca,
    es la combinación maravillosa de la vida.

    Todas las lenguas antiguas utilizan para designar el aliento la misma palabra que para alma o espíritu. Respirar viene del latín spirare y espíritu, de spiritus, raíz de la que se deriva también inspiración tanto en el sentido lato como en el figurado. En griego psyke significa tanto hálito como alma. En indostánico encontramos la palabra atman que tiene evidente parentesco con el atmen (respirar) alemán. En la India al hombre que alcanza la perfección se le llama Mahatma, que textualmente significa tanto «alma grande» como «aliento grande». La doctrina hindú nos enseña, también, que la respiración es portadora de la auténtica fuerza vital que el indio llama prana. En el relato bíblico de la Creación se nos cuenta que Dios infundió su aliento divino en la figura de barro convirtiéndola en una criatura «viva», dotada de alma.

    Esta imagen indica bellamente cómo al cuerpo material, a la forma, se le infunde algo que no procede de la Creación: el aliento divino. Es este aliento, que viene de más allá de lo creado, lo que hace del hombre un ser vivo y dotado de alma. Ya estamos llegando al misterio de la respiración. La respiración actúa en nosotros, pero no nos pertenece. El aliento no está en nosotros, sino que nosotros estamos en el aliento. Por medio del aliento, nos hallamos constantemente unidos a algo que se encuentra más allá de lo creado, más allá de la forma. El aliento hace que esta unión con el ámbito metafísico (literalmente: con lo que está Detrás de la Naturaleza) no se rompa. Vivimos en el aliento como dentro de un gran claustro materno que abarca mucho más que nuestro ser pequeño y limitado —es la vida, ese secreto supremo que el ser humano no puede definir, no puede explicar— la vida sólo se experimenta abriéndose a ella y dejándose inundar por ella. La respiración es el cordón umbilical por el que esta vida viene a nosotros. La respiración hace que nos mantengamos en esta unión.

    Aquí reside su importancia: la respiración impide que el ser humano se cierre del todo, se aísle, que haga impenetrable la frontera de su yo. Por muy deseoso que el ser humano esté de encapsularse en su ego, la respiración le obliga a mantener la unión con lo ajeno al yo. Recordemos que nosotros respiramos el mismo aire que respira nuestro enemigo. Es el mismo aire que respiran los animales y las plantas. La respiración nos une constantemente con todo. Por más que el hombre quiera aislarse, la respiración lo une con todo y con todos. El aire que respiramos nos une a unos con otros, nos guste o no. La respiración tiene algo que ver con «contacto» y «relajación».

    Este contacto entre lo que viene de fuera y el cuerpo se produce en los alvéolos pulmonares. Nuestro pulmón tiene una superficie interna de unos setenta metros cuadrados, mientras que el área de nuestra piel no mide sino entre metro y medio y dos metros cuadrados. El pulmón es nuestro mayor órgano de contacto. Si observamos con más atención, distinguiremos las diferencias existentes entre los dos órganos de contacto del ser humano: pulmones y piel; el contacto de la piel es inmediato y directo. Es más comprometido y más intenso que el de los pulmones y, además, está sometido a nuestra voluntad. Uno puede tocar a otra persona o no tocarla. El contacto que establecemos con los pulmones es indirecto, pero obligatorio. No podemos evitarlo, ni siquiera cuando una persona nos inspira tanta antipatía que no podemos ni olerla, ni cuando otra nos impresiona tanto que nos deja sin aliento. Existe un síntoma de enfermedad que puede pasar de uno a otro de estos órganos de contacto: una erupción cutánea abortada puede manifestarse en forma de asma que, a su vez, con el correspondiente tratamiento, se convierte en erupción. El asma y la erupción cutánea corresponden al mismo tema: contacto, roce, relación. La resistencia a establecer contacto con todo el mundo por medio de la respiración se manifiesta, por ejemplo, en el espasmo respiratorio del asma.

    Si seguimos repasando las frases hechas relacionadas con la respiración y con el aire veremos que hay situaciones en las que a uno le falta el aire, o no puede respirar a sus anchas. Con ello tocamos el tema de la libertad y la cohibición. Con el primer aliento empezamos nuestra vida y con el último la terminamos. Con el primer aliento damos también el primer paso por el mundo exterior al desprendernos de la unión simbiótica con la madre y hacernos autónomos, independientes, libres. Cuando a uno le cuesta respirar; ello suele ser señal de que teme dar por sí mismo los primeros pasos con libertad e independencia. La libertad le corta la respiración, es algo insólito que le produce temor. La misma relación entre libertad y respiración se advierte en el que sale de una situación de agobio y pasa a otra esfera en la que se siente «desahogado» o, simplemente, sale al exterior: lo primero que hace es inspirar profundamente, por fin puede respirar con libertad.

    También el proverbial ahogo que nos aqueja en circunstancias agobiantes es ansia de libertad y de espacio vital.

    En resumen, la respiración simboliza los siguientes temas: ritmo, en el sentido de aceptar «tanto lo uno como lo otro»

        Contracción – Relajación
       Tomar – Dar
       Contacto – Repudio
       Libertad – Agobio


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  • IV. La digestión


    Con la digestión ocurre algo muy parecido a lo de la respiración. Con la respiración tomamos entorno, lo asimilamos y expulsamos lo no asimilable. Otro tanto ocurre durante la digestión, si bien el proceso digestivo se hunde más profundamente en la materia del cuerpo. La respiración está regida por el elemento aire, mientras que la digestión pertenece al elemento tierra, es más material. Pero a la digestión le falta el ritmo perfectamente marcado de la respiración. En el elemento pesado de la tierra, la cadencia del proceso de asimilación y expulsión de los alimentos es menos perceptible y rápida.

    La digestión también tiene una similitud con las funciones cerebrales, ya que el cerebro (es decir, la mente) procesa y digiere los elementos inmateriales de este mundo (porque no sólo de pan vive el hombre). Por medio de la digestión, procesamos elementos materiales de este mundo. La digestión abarca, pues:
    1. Captación del mundo exterior en forma de elementos materiales.
    2. Diferenciación entre lo asimilable y lo no asimilable.
    3. Asimilación de las sustancias asimilables.
    4. Expulsión de lo no digerible.

    Antes de ocuparnos más detenidamente de los problemas que pueden presentarse durante la digestión, es conveniente considerar el simbolismo de la nutrición. Por los alimentos y comidas que prefiere cada cual pueden descubrirse muchas cosas (dime lo que comes y te diré quién eres). Será un buen ejercicio aguzar la mirada y la mente, de manera que, incluso en los procesos más habituales y rutinarios, podamos descubrir las relaciones —nunca fortuitas— que hay detrás de los fenómenos aparentes. Si a una persona le apetece algo determinado, ello expresa una preferencia y nos da un indicio sobre la personalidad del individuo. Cuando algo «no le apetece», esta aversión es tan reveladora como una respuesta a un test psicológico. El hambre se mueve por el afán de posesión, deseo de absorción, por una cierta codicia. Comer es satisfacer el deseo por medio de la ingestión, integración y asimilación.

    El que tiene hambre de cariño y no puede saciarla, manifiesta este afán en el aspecto corporal en forma de hambre de golosinas. El hambre de golosinas siempre expresa un hambre de cariño no saciada. Queda patente el doble significado que se atribuye a lo dulce: cuando de una chica guapa decimos que es un bombón y que está para comérsela. El amor y lo dulce tienen una estrecha relación. El deseo de golosinas en los niños es claro indicio de que no se sienten lo bastante amados. Los padres suelen protestar de semejante imputación diciendo que ellos «harían cualquier cosa por su hijo». Pero «hacer cualquier cosa» no es forzosamente lo mismo que «amar». El que come caramelos anhela amor y seguridad. Es más fiable esta regla que la valoración de la propia capacidad de amar. También hay padres que atiborran de golosinas a sus hijos, con lo que indican que no están dispuestos a ofrecer amor a sus hijos, por lo que tratan de compensarles de otro modo.

    Las personas que realizan un trabajo intelectual y tienen que pensar mucho muestran preferencia por los alimentos salados y los platos fuertes. Los muy conservadores tienen predilección por los alimentos en conserva, especialmente los ahumados y el té cargado que beben sin azúcar (en general, alimentos ricos en ácido tánico).

    Los que gustan de comidas picantes denotan deseo de nuevas emociones. Son personas amantes de los desafíos, a pesar de que pueden ser indigestos, diametralmente opuestas a las que sólo comen cosas suaves: nada de sal ni especias. Estas personas rehuyen todo lo que sea novedad. Se desentienden de los retos y temen todo enfrentamiento. Este temor puede acentuarse hasta hacerles adoptar un régimen a base de papillas, como el del enfermo del estómago, acerca de cuya personalidad hablaremos más extensamente muy pronto. Las papillas son comidas de bebé, lo que indica claramente que el enfermo del estómago ha experimentado una regresión hasta la indiferenciación de la infancia, en la que no se puede elegir ni cortar y hay que renunciar hasta a morder y masticar (actividades estas en exceso agresivas) la comida. Este individuo evita tragar alimentos sólidos.

    Un temor exagerado a las espinas simboliza el miedo a las agresiones. La preocupación por los huesos, miedo a los problemas —no se quiere llegar al meollo de la cuestión—. Pero también existe el grupo contrario: los macrobióticos. Estas personas van en busca de problemas a los que hincar el diente. Quieren desentrañar las cosas y prefieren los alimentos duros. Llegan hasta evitar los aspectos placenteros: a la hora del postre, eligen algo duro de roer. Los macrobióticos denotan así cierto miedo al amor y la ternura y su incapacidad para aceptar el amor. Algunas personas llevan a tal extremo su afán de huir de los conflictos que acaban teniendo que ser alimentadas por vía intravenosa en una unidad de cuidados intensivos. Ésta es sin duda la forma más segura de vegetar sin tener que molestarse.

    Los dientes



    Los alimentos entran por la boca y en ella son triturados por los dientes. Con los dientes mordemos y masticamos. Morder es un acto muy agresivo, expresión de la capacidad de agarrar, sujetar y atacar. El perro enseña los dientes para demostrar su peligrosa agresividad; también nosotros decimos que vamos a «enseñar los dientes» a alguien cuando estamos decididos a defendernos. Una mala dentadura es indicio de que una persona tiene dificultad para manifestar su agresividad.

    Esta relación se mantiene, a pesar de que hoy en día casi todo el mundo, incluso los niños, tiene caries. De todos modos, los síntomas colectivos no hacen sino señalar problemas colectivos. En todas las culturas socialmente desarrolladas de nuestra época, la agresividad se ha convertido en un grave problema. Se exige al ciudadano «adaptación social», lo que en realidad quiere decir: «represión de la agresividad». Esta agresividad reprimida de nuestro conciudadano, tan pacífico y socialmente adaptado, vuelve a salir a la luz del día en forma de «enfermedades» y, a la postre, afecta tanto a la comunidad social en esta forma pervertida como en su forma original. Por ello, las clínicas son los modernos campos de batalla de nuestra sociedad. Aquí la agresividad reprimida libra una lucha sin cuartel contra sus poseedores. Aquí las personas sufren los efectos de sus propias maldades que durante toda su vida no se atrevieron a descubrir en sí mismas y a modificar conscientemente.

    A nadie debe sorprender que, en la mayoría de cuadros clínicos, nos tropecemos con la agresividad y la sexualidad. Son las dos problemáticas que el individuo de nuestro tiempo reprime con más fuerza. Quizás alguien argumentará que tanto la creciente criminalidad y la proliferación de la violencia como la ola de sexualidad desmiente nuestras palabras. A esto habría que responder que tanto la falta como la explosión de la agresividad son síntomas de represión. Una y otra no son sino fases distintas del mismo proceso. Cuando, en lugar de reprimir la agresividad, se le deja una parcela y se experimenta con esta energía, es posible integrar conscientemente la parte agresiva de la personalidad. Una agresividad integrada es energía y vitalidad al servicio de la personalidad total, que no caerá en los extremos de la mansedumbre empalagosa ni de las explosiones furibundas. Pero este término medio tiene que cultivarse. Para ello debe ofrecerse al individuo la posibilidad de madurar por la experiencia. La agresividad reprimida sólo sirve para alimentar la sombra con la que habrá que lidiar después, cuando se presente bajo la forma pervertida de la enfermedad. Lo mismo puede decirse de la sexualidad y de todas las demás funciones psíquicas.

    Volvamos a los dientes, que tanto en el cuerpo del animal como en el del ser humano representan agresividad y capacidad de dominio (abrirse paso a dentelladas). Generalmente, suele atribuirse la magnífica dentadura de algunos pueblos primitivos a la alimentación natural. Pero es que estos pueblos tratan la agresividad de formas muy diferentes. De todos modos, dejando aparte la problemática colectiva, el estado de los dientes también es revelador a escala individual. Además de la ya mentada agresividad, los dientes nos indican nuestra vitalidad (agresividad y vitalidad son sólo dos aspectos de una misma fuerza, y no obstante uno y otro concepto suscitan en nosotros asociaciones diferentes). Veamos la expresión: «A caballo regalado no le mires el diente». El refrán se refiere a la costumbre de mirar la boca al caballo que se va a comprar, para calcular la edad y vitalidad del animal por el estado de los dientes. La interpretación psicoanalítica de los sueños atribuye al sueño de la caída de los dientes una pérdida de energía y potencia.

    Hay personas que hacen rechinar los dientes mientras duermen, algunas con tanta fuerza que hay que ponerles un aparato en la boca para que no se los desgasten de tanto rechinar. El simbolismo está claro. El rechinar de dientes es sinónimo reconocido de agresividad impotente. El que durante el día no puede ceder al deseo de morder, tiene que rechinar los dientes por la noche hasta desgastarlos y dejarlos romos...
    El que tiene mala dentadura carece de vitalidad, de la capacidad de hincarle el diente a un problema. Por lo tanto, todo le resultará duro de roer. Los anuncios de dentífricos describen el objetivo con las palabras -«¡...dientes sanos y fuertes para morder mejor!».
    La «tercera dentadura» permite simular una vitalidad y una energía de las que el individuo carece. Esta prótesis, como todas, es un engaño. Puede compararse a un aviso de «¡Cuidado con el perro!» que pusiera en la verja del jardín el dueño de un perrito faldero. Una dentadura postiza es sólo un «mordiente» comprado».

    Las encías son la base de los dientes, su lecho. Las encías representan también la base de la vitalidad y agresividad, confianza y seguridad en sí mismo. La persona que carece de esta confianza y seguridad nunca conseguirá afrontar sus problemas de forma activa y vital, nunca tendrá valor para cascar las nueces duras ni militar activamente. La confianza es lo que proporciona el necesario soporte a esta facultad, del mismo modo que la encía soporta los dientes. Pero las encías sensibles que sangran con facilidad no sirven para ello. La sangre es símbolo de vida, y la encía sangrante nos indica cómo, a la menor contrariedad, se le va la vida a la confianza y a la seguridad en sí mismo.

    Tragar



    Una vez triturados los alimentos con los dientes, los ensalivamos y los tragamos. Con el acto de tragar integramos, admitimos: tragar es incorporar. Mientras tenemos algo en la boca podemos escupirlo. Una vez lo hemos tragado, el proceso es difícilmente reversible. Los trozos grandes son difíciles y hasta imposibles de tragar. A veces, en la vida uno tiene que tragar algo contra su voluntad, por ejemplo, un despido. Hay malas noticias que son difíciles de tragar.
    Precisamente en estos casos, un poco de líquido puede facilitar la operación, especialmente si se trata de un buen trago. Del alcohólico se dice que traga mucho. Por lo general, el trago alcohólico sirve para facilitar o, incluso, sustituir otros tragos. Se traga alcohol porque en la vida hay otras cosas que uno no puede ni quiere tragar. Así, el alcohólico sustituye la comida por la bebida (beber mucho provoca pérdida del apetito), sustituye el trago duro y sólido por el suave y líquido, el trago de la botella.
    Hay numerosos trastornos de la deglución, por ejemplo, el nudo en la garganta, o unas anginas, que producen la sensación de no poder tragar. En estos casos, el afectado debe preguntarse: ¿Qué hay actualmente en mi vida que yo no pueda o no quiera tragar? Entre estos trastornos figura el de la «aerofagia», afección que impulsa a tragar aire. Huelgan más explicaciones para descubrir lo que ocurre en estos casos. Hay algo que uno no quiere tragar, no quiere asimilar, pero disimula tragando aire. Esta resistencia encubierta  contra la deglución se manifiesta después con eructos y ventosidades      (literalmente: «pearse en algo»).


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  • Náuseas y vómitos


    Una vez hemos tragado el alimento, éste puede resultar indigesto, como si tuviéramos una piedra en el estómago. Ahora bien, la piedra, al igual que el hueso de la fruta, es símbolo de problema. Todos sabemos cómo puede bloquearnos el estómago y quitarnos el apetito un problema. El apetito depende en gran medida de la situación psíquica. Hay multitud de expresiones que señalan esta analogía entre los procesos psíquicos y somáticos: Eso me ha quitado el apetito, o: Sólo de pensarlo me da mareo. O también: Nada más verlo se me revuelve el estómago. El mareo señala rechazo de algo que, por lo tanto, se nos sienta en la boca del estómago. También comer desordenada y atropelladamente puede producir mareo. Ello no ocurre sólo en el plano físico sino que una persona también puede tratar de embutir en su mente demasiadas cosas a la vez y provocarse una indigestión.

    La náusea culmina en el vómito del alimento. El individuo se libra de las cosas e impresiones que rechaza, que no quiere asimilar. El vómito es una expresión categórica de defensa y repudio. Así el pintor judío Max Liebermann decía refiriéndose al estado de la política y del arte en Alemania después de 1933: «¡No puedo comer todo lo que me gustaría vomitar!»

    Vomitar es «no aceptar». Esta relación se expresa claramente en los vómitos del embarazo. Aquí se expresa el rechazo inconsciente de la criatura o del semen que la mujer no quiere «incorporar». Siguiendo el razonamiento, los vómitos del embarazo también pueden expresar un rechazo de la función femenina (la maternidad).

    El estómago

    El lugar al que a continuación llega el alimento (no vomitado) es el estómago, cuya primera función es la de servir de recipiente. Él recibe todas las impresiones que vienen del exterior, lo que hay que digerir. La capacidad de recibir exige apertura, pasividad y capacidad de entrega. En virtud de estas propiedades, el estómago representa el polo femenino. Mientras que el principio masculino está caracterizado por la facultad de irradiar y por la actividad (elemento fuego), el principio femenino engloba la capacidad de aceptación, la abnegación, la sensibilidad y la facultad de recibir y guardar (elemento agua). Lo que representa el elemento femenino en el terreno psíquico es la sensibilidad, el mundo de la percepción. Si un individuo reprime en la mente la capacidad de sentir, esta función pasa al cuerpo, y el estómago, además de los alimentos, tiene que admitir y digerir los sentimientos. En este caso, no es que el amor pase por el estómago sino que sentimos un peso en el estómago que más tarde o más temprano se manifestará como adiposidad.

    Además de la facultad de recibir, en el estómago hallamos otra función, correspondiente ésta al polo masculino: producción de ácidos. Los ácidos atacan, corroen, descomponen: son inequívocamente agresivos. Una persona que sufre un disgusto dirá: Estoy amargado. Si la persona no consigue vencer este furor conscientemente o transmutarlo en agresión y se traga el mal humor, o traga bilis, su agresividad y su amargura se somatizan en ácidos estomacales. El estómago reacciona produciendo un ácido agresivo con el que pretende modificar y digerir unos sentimientos no materiales, empresa difícil y molesta que nos recuerda que no es conveniente tragarse el mal humor ni obligar al estómago a digerirlo. El ácido jugo gástrico aumenta porque quiere imponerse.

    Pero esto acarrea problemas al enfermo del estómago, que carece de la capacidad de enfrentarse conscientemente con su mal humor y su agresividad, para resolver de modo responsable conflictos y problemas. El enfermo del estómago o no exterioriza su agresividad (se la traga) o demuestra una agresividad exagerada, pero ni un extremo ni el otro le ayudan a resolver el problema realmente, ya que carece de confianza y seguridad en sí mismo, sentimiento indispensable para que el individuo resuelva su problema, carencia a la que aludimos al tratar del tema Dientes–Encías. Todo el mundo sabe que el alimento mal masticado es difícilmente tolerable por un estómago excitado y con exceso de ácidos. Pero la masticación es agresión. Y cuando falta una buena masticación el estómago tiene que trabajar más y producir más ácidos. El enfermo del estómago es una persona que rehuye conflictos. Inconscientemente, añora la plácida niñez. Su estómago pide papilla. Y el enfermo del estómago se alimenta de cosas que han sido tamizadas por el pasapurés y que, por lo tanto, han demostrado ser inofensivas. Puede haber grumos. Los problemas se han quedado en el tamiz. El enfermo del estómago no tolera los alimentos crudos, por bastos, primitivos y peligrosos. Antes de que él se atreva con los alimentos, éstos tienen que ser sometidos al agresivo proceso de la cocción. El pan integral es indigesto, porque aún contiene muchos problemas. Todos los alimentos sabrosos, el alcohol, el café, la nicotina y los dulces representan un estímulo excesivo para el enfermo del estómago. La vida y la comida tienen que estar exentas de desafíos. El ácido gástrico produce una sensación de opresión que impide registrar nuevas impresiones.

    La ingestión de medicamentos antiácidos suele provocar eructos, con el consiguiente alivio, ya que eructar es una manifestación agresiva hacia el exterior. Con esto uno ha hecho disminuir un poco la presión. La terapia que suele aplicar la medicina académica (por ejemplo, «Valium») refleja la misma relación: el medicamento interrumpe químicamente la unión entre la mente y el sistema vegetativo (llamado desacoplamiento psicovegetativo); paso que, en casos graves, se realiza también quirúrgicamente extirpando al enfermo de úlcera ciertas ramas nerviosas encargadas de la producción de ácidos (vagotomía). En ambos tratamientos prescritos por la medicina académica se corta la unión sentimiento–estómago, a fin de que el estómago no tenga que seguir digiriendo somáticamente los sentimientos. El estómago es desconectado de los estímulos exteriores. La estrecha relación existente entre la mente y la secreción gástrica es bien conocida desde los experimentos de Pávlov. (Por el procedimiento de hacer sonar una campana en el momento de poner la comida a los perros, Pávlov consiguió crear en los animales un reflejo condicionado, de manera que al cabo de algún tiempo bastaba el sonido de la campana para desencadenar la secreción gástrica que normalmente provoca la vista de la comida.)

    La actitud básica de proyectar los sentimientos y la agresividad no hacia fuera sino hacia dentro, contra uno mismo provoca finalmente la úlcera de estómago. La úlcera es una llaga que se forma en la pared del estómago. El enfermo de úlcera, en lugar de digerir las impresiones del exterior, digiere el propio estómago. En rigor se trata de autofágia. El enfermo de estómago tiene que aprender a tomar conciencia de sus sentimientos, afrontar conscientemente los conflictos y digerir conscientemente las impresiones. Además, el paciente de úlcera debe admitir y reconocer sus deseos de dependencia infantil, de la protección materna y el afán de ser querido y mimado, incluso y precisamente cuando estos deseos estén bien disimulados tras una fachada de independencia, autoridad y aplomo. También aquí el estómago revela la verdad.


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